Sexo, armas y Google Translate: así actuaba Mariia Butina, la agente rusa detenida en Estados Unidos

La presunta espía rusa había tejido una red de influyentes contactos en EEUU para beneficiar al Kremlin, una tarea por la que inició una relación sentimental con uno de sus contactos estadounidenses, con quien vivía, según las autoridades de EEUU

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(GQ Rusia)
(GQ Rusia)

Ofrecer sexo a cambio de ventajas en una operación de espionaje, estrechar lazos con un poderoso grupo defensor de las armas o el uso del traductor de Google para contactar con fuentes eran algunas de las técnicas empleadas por Mariia Butina, la supuesta agente rusa encubierta detenida en los EEUU.

La meta de Butina, una ciudadana rusa que no dudó en poner sobre la mesa su cuerpo y servicios sexuales para lograr un puesto en una organización que facilitaría sus objetivos, era favorecer los intereses del Kremlin en los EEUU, según se extrae de los documentos judiciales basados en investigaciones del FBI.

Butina durante una reunión con expertos vinculados al gobierno ruso (Servicio de Prensa de la Cámara Civil de la Federación Rusa, vía Reuters)
Butina durante una reunión con expertos vinculados al gobierno ruso (Servicio de Prensa de la Cámara Civil de la Federación Rusa, vía Reuters)

Con una larga melena pelirroja, Mariia Butina accedió este miércoles a la sala de un tribunal federal de Washington, donde se declaró no culpable de un delito de conspiración contra los EEUU y de ser una agente encubierta para una potencia extranjera, aunque finalmente fue enviada a prisión preventiva.

La imputada escuchó en primera persona el relato de la acusación vestida con el clásico mono naranja carcelario y con una inquietud que disimulaba su frío rostro, pero no sus manos, que no pararon de juguetear con un bolígrafo de color aguamarina.

Mariia Butina en la corte, según uno de los dibujantes presentes en el juicio
Mariia Butina en la corte, según uno de los dibujantes presentes en el juicio

En la argumentación del caso, que captó la atención del centenar de periodistas que asistió, el Gobierno logró sensibilizar a la jueza de sus temores ante una potencial huida de Butina, que se enfrenta a quince años de prisión.

De acuerdo con un memorándum presentado por el Departamento de Justicia, la presunta espía rusa había tejido una red de influyentes contactos en los EEUU para beneficiar al Kremlin, una tarea por la que inició una relación sentimental con uno de sus contactos estadounidenses, con quien vivía.

Una anotación escrita por Mariia Butina mostrada durante el juicio (Gobierno de los Estados Unidos, vía Reuters)
Una anotación escrita por Mariia Butina mostrada durante el juicio (Gobierno de los Estados Unidos, vía Reuters)

Los investigadores constataron que el romance era solo un trámite dentro de la supuesta operación de Butina, quien en intercambios de mensajes con otros sujetos había expresado su desidia por tener que vivir con esa persona, contexto en el que la imputada llegó a ofrecer los citados servicios sexuales a otro individuo a cambio de un puesto en una organización con influencia.

De este documento también se extrae que la acusada comenzó a hablar desde Rusia con este estadounidense en 2013.

Butina durante un discurso para pedir más derechos para los ciudadanos rusos en una foto sin fecha (Servicio de Prensa de la Cámara Civil de la Federación Rusa, vía Reuters)
Butina durante un discurso para pedir más derechos para los ciudadanos rusos en una foto sin fecha (Servicio de Prensa de la Cámara Civil de la Federación Rusa, vía Reuters)

Posteriormente, se sirvió de una herramienta del gigante tecnológico Google, concretamente su traductor, para entablar conversaciones en inglés y presentarle una "propuesta de proyecto" ante las elecciones de 2016.

Butina había empezado sus labores en territorio ruso, pero en agosto de 2016 se mudó a Washington con una visa de estudiante, presuntamente solicitada como parte del entramado del Kremlin, momento en el que las autoridades de los EEUU comenzaron a seguirle la pista.

(AP)
(AP)

Antes y después de entrar en terreno norteamericano, Butina, que supuestamente trabajaba para un alto funcionario ruso, tejió una red de contactos influyentes en la política estadounidense que la llevaron hasta el más poderoso "lobby" de las armas, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), ante la que se presentó como una activista rusa en defensa del derecho a portar estos artilugios.

Mariia Butina en una producción fotográfica para una nota publicada en la edición rusa de la revista GQ en 2014. La joven se presentaba como una activista rusa en defensa del derecho a portar armas (GQ Rusia)
Mariia Butina en una producción fotográfica para una nota publicada en la edición rusa de la revista GQ en 2014. La joven se presentaba como una activista rusa en defensa del derecho a portar armas (GQ Rusia)

Butina, de 29 años, puede verse posando en imágenes con la directiva de este grupo de presión y con el Partido Republicano -del que forma parte Trump- con quienes buscó establecer canales de comunicación informales de cara a las elecciones presidenciales de 2016, según la acusación.

En 2015, durante un mitin en Nevada, Butina preguntó desde el público al entonces candidato a la nominación republicana Donald Trump sobre su posición respecto a las relaciones con el Kremlin, a lo que el magnate auguró que se "llevaría bien con Putin".

Los resultados de las investigaciones, narró el Gobierno, recogen que la detenida mantuvo vínculos con supuestos agentes de inteligencia rusos y con oligarcas conectados con la Presidencia del Kremlin.

Mariia Butina en un restaurante con un presunto agente de inteligencia ruso en una foto del FBI (FBI, vía Reuters)
Mariia Butina en un restaurante con un presunto agente de inteligencia ruso en una foto del FBI (FBI, vía Reuters)

Durante la audiencia, el equipo legal del Ejecutivo mostró una imagen de Butina en la que se la apreciaba en un restaurante con un presunto espía ruso y otra fotografía en la que aparecía cerca del Capitolio durante la toma de posesión de Trump en enero de 2017.

La detención de Butina estalló mientras Trump y su homólogo, Vladimir Putin, mantenían su primera cumbre bilateral en Helsinki este lunes.

(Por Javier Bocanegra, EFE)

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