A partir de 2020, los californianos tendrán el derecho de saber qué saben gigantes como Facebook y Google sobre ellos. También podrán hacer que estas compañías dejen de compartir o vender sus datos y, de ser necesario, demandarlas en caso de filtraciones de información ocasionadas por fallas a la hora de protegerla de forma adecuada.
Una ley firmada por el gobernador Jerry Brown ayer jueves le dará a los residentes de California mayores derechos sobre su privacidad online, parte de una iniciativa que expertos aseguran comenzará a verse reflejada por medio de leyes similares en otros estados el país del norte y, tiempo más tarde, en el resto del mundo.
Presentado la semana pasada, el proyecto fue empujado a convertirse en ley en el estado que suele marcar el rumbo a nivel nacional en lo que respecta a tendencias políticas. Su aprobación representa un símbolo del masivo descontento a nivel mundial fruto de la recolección indebida de información personal que suele terminar en las manos equivocadas.
El escándalo protagonizado por Facebook y Cambridge Analytica, con la filtración de datos de 87 millones de usuarios de la red social, se convirtió en el ejemplo máximo de lo que no se puede permitir que vuelva a suceder.
Lo más llamativo del anuncio es que la ley que acaba de ser aprobada, convertida en la más estricta en los EEUU dentro de su área de influencia, nació gracias a la determinación de un "ciudadano común" que se dispuso a poner a la industria tecnológica de rodillas.
Tras generar una verdadera fortuna mediante operaciones de real estate en la codiciada área de Bay Area, cerca de la ciudad de San Francisco, Alastair Mactaggart se convirtió en un prominente donante político, con el objetivo de alentar mayores restricciones en lo que respecta a la privacidad online, todo producto de una reveladora conversación con un ingeniero de Google.
Acto seguido, decidió invertir USD 3.5 millones para colocar una iniciativa en la boleta del estado de California que se votará en el mes de noviembre y luego se enfocó en negociar con un acuerdo con los legisladores estatales, con el objetivo de lograr adelantar la sanción de las nuevas restricciones.
"Estas enormes corporaciones saben absolutamente todo acerca de nosotros y no tenemos derecho alguno" dijo el multimillonario en una entrevista reciente, otorgada a la salida de una reunión en el Capitolio estatal. "Se me ocurrió que investigaría qué saben estas compañías acerca de mi y al enterarme me di cuenta de que había que hacer algo" agregó.
Similar en su esencia a los nuevos estándares de privacidad online aprobados recientemente en la Unión Europea, la ley de California es realmente un enorme paso hacia un ecosistema digital más seguro para los usuarios comunes.
"Cambiará por completo la forma en la que las compañías hacen negocios en el estado de California y probablemente en todo EEUU" dijo a NPR Christin McMeley, una abogada basada en Washington, D.C. que se especializa en temas vinculados a la privacidad online. La letrada aseguró también que la ley no afectará solo a las compañías de Internet. "Esto es mucho más abarcativo a lo que sucede únicamente online. Aplica a toda la información".
La respuesta a la ley de parte de firmas tecnológicas no ha sido positiva, al tildarla desde el primer momento de "inviable". Colosos de la talla de Google, Facebook, AT&T y Comcast unieron fuerzas junto a la Cámara de Comercio de California para frenar el proyecto. Según estimados de personas cercanas al proceso, sus opositores gastaron más de USD 100 millones en evitar su aprobación.
"Esta es ahora la ley de facto en todo el país" dijo a USA Today James Steyer, fundador de Common Sense Media, uno de los impulsores de la ley. "Es un triunfo para cada ciudadano de los EEUU" celebró.
Entre la infinidad de beneficios para las personas comunes, la ley permitirá restringir que se compartan o vendan los datos de jóvenes menores de 16 años. A pesar de que los consumidores podrán exigir el mismo servicio que le es prestado a quienes no limitan el acceso a su información, por el lado de las tecnológicas, estas podrán cobrarles tarifas más elevadas a quienes no cedan su información abiertamente.
Las compañías tecnológicas, muchas de las cuales tienen su sede en California, seguramente implementen la ley en el resto del país. Simultáneamente, los promotores de la ley ya se están concentrando en lograr que legislación similar sea aprobada en otros estados.