El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este lunes que su país "no se convertirá en una campo de inmigrantes y no será una instalación para recibir refugiados", durante un discurso ante el Consejo Nacional Espacial.
"Miren lo que está pasando en Europa y en otros lugares, no podemos dejar que eso pase en los Estados Unidos, no mientras yo esté a cargo", dijo Trump. "Queremos seguridad y queremos salvaguardas para nuestro país", agregó.
Horas antes el mandatario se se había referido a actual crisis que sufre el Gobierno de la canciller alemana Angela Merkel por sus políticas migratorias y criticó que la actitud europea en este asunto esté permitiendo un cambio "radical" de su cultura.
President Trump: "The United States will not be a migrant camp and it will not be a refugee holding facility" pic.twitter.com/pC32PablBu
— NBC News (@NBCNews) June 18, 2018
"El pueblo alemán le está dando la espalda a sus gobernantes debido a que la inmigración está sacudiendo la débil coalición de Berlín. La criminalidad en Alemania está subiendo. Un gran error por parte de toda Europa el aceptar a millones de personas que radical y violentamente han cambiado su cultura", tuiteó Trump.
Trump recibió fuertes críticas por sus declaraciones con respecto al aumento del crimen, ya que de acuerdo a todas las mediciones oficiales éste se encuentra en sus niveles más bajos desde la unificación alemana en 1991.
"Alemania se ha vuelto más segura", fueron las palabras de Horst Seehofer, ministro alemán del interior, cuando se publicaron en mayo las cifras que indican una progresiva reducción de los índices hasta ubicarse en su versión más reducida en 30 años, de acuerdo a la cadena estatal Deutsche Welle.
De cualquier manera, el mandatario estadounidense aludía con este mensaje a la tensa situación que atraviesa el Ejecutivo alemán después de que en los últimos días el mismo Seehofer expresara su determinación en favor de cerrar las fronteras para poner fin a la crisis migratoria.
Esta posibilidad ha provocado una grave crisis institucional en Berlín, donde Merkel gobierna con el apoyo de una coalición conservadora integrada, entre otros, por la Unión Socialcristiana de Bavaria (CSU), que dirige Seehofer.
Frente a su ministro de Interior, Merkel aboga porque la solución al problema de la acogida de refugiados llegue desde Bruselas, a través de un acuerdo entre todos los Estados miembros de la Unión Europea.
"¡No queremos que nos pase a nosotros lo que está pasando en Europa con la inmigración!", clamó el presidente Trump.
Estas tensiones no son nuevas en Alemania, que ha recibido a cerca de 1,3 millones de refugiados desde 2015, sin embargo, la fragmentación del Gobierno formado hace apenas cuatro meses, gracias a una coalición entre partidos muy dispares, ha debilitado la posición de Merkel y ha puesto en riesgo sus políticas migratorias.
Con información de EFE
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