Según un artículo publicado el viernes en el diario The Washington Post, un estudio federal encontró indicios de que cerca de la Casa Blanca hay dispositivos que fueron usados para interceptar llamadas y mensajes de texto durante el año pasado.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), afirmó que se trata de unos receptores IMSI, habitualmente conocidos por una de sus marcas más comunes: Stingrays.
El hallazgo refuerza las versiones según las cuales agencias de inteligencia extranjeras (chinas y rusas, principalmente) utilizan sofisticadas herramientas de espionaje para interceptar las comunicaciones de los empleados oficiales.
De hecho, el DHS (Department of Homeland Security) ya había enviado una carta privada al senador Ron Wyden afirmado que "actores nefastos" estaban poniendo en riesgo la privacidad de los estadounidenses, toda vez que los sistemas de vigilancia que espían llamadas habían proliferado en el país.
Según el DHS, la antigua red SS7 (Signaling System 7), creada en la década de los 70, es fácil de vulnerar y los "atacantes maliciosos" han aprovechado para usurparla.
Los dispositivos simulan ser una antena de recepción de llamadas y es así como logran 'engañar' a los teléfonos para que se conecten a ellos. Una vez enlazados, acceden a los mensajes de texto y las llamadas de voz.
Según Wyden, "si los consumidores supieran lo fácil que es piratear sus celulares, le exigirían a la Comisión Federal de Comunicación más regulaciones al respecto".