En una decisión sin precedentes, una corte de Nueva York ordenó a un millennial de 30 años abandonar la casa de sus padres en ese distrito donde ha vivido durante los últimos diez años sin aportar dinero al mantenimiento del hogar.
La orden recayó sobre Michael Rotondo quien no estudia y no trabaja y que a pesar de su edad se negaba a dejar la casa de sus padres pero tampoco contribuía en los gastos que generaba.
Christina y Mark Rotondo, los padres del muchacho, fueron quienes iniciaron la acción contra su hijo. Lo hicieron con la esperanza de que encausara su vida. Le habían impuesto como condición para seguir viviendo con ellos en Camillus, Nueva York, que consiguiera un empleo y un seguro médico. El joven se negó en repetidas veces.
Incluso, Rotondo perdió la custodia de su único hijo en septiembre pasado por no tener los medios suficientes para mantenerlo, y toda la responsabilidad está ahora en manos de la madre del menor, con quien vive. Según el millennial, nunca estuvo casado con la mujer y ni siquiera fueron novios.
Cuando era interrogado por sus padres respecto a conseguir un trabajo y a sentar cabeza, Rotondo les respondía que estaba muy ocupado como para tener un empleo. Eso le quitaría tiempo para tratar de lograr la custodia total de su hijo, argumentaba.
Viendo que su hijo no tomaba ninguna iniciativa y no tenía pensado trabajar, los padres decidieron entonces tomar cartas en el asunto: primero dejaron de servirle comida; luego cortaron el servicio de celular que le pagaban, y, por último, le prohibieron lavar su ropa en las máquinas de la propiedad.
Durante la audiciencia, Rotondo debió explicar brevemente su aburrida (y cómoda) vida. Contó que no siempre vivió en casa de sus padres. Ocho años atrás arrendó un apartamento durante un tiempo. En ese entonces fue que se convirtió en padre. Luego de perder un trabajo, decidió regresar con ellos.
El juez le preguntó: "¿Qué trabajo?". "No quiero hablar de mi vida laboral", fue la respuesta del millennial.
Lo cierto es que Rotondo tuvo un breve paso por Best Buy, la cadena de venta de electrónica de los Estados Unidos. Fue efímero su contrato. Decidió renunciar luego de que se quejara porque debía trabajar los sábados, día en que quería visitar a su hijo. Fue por eso que inició un juicio a la compañía por un total de 340 mil dólares.
Durante la audiencia en la que el juez le ordenó que debía dejar la vivienda del 408 Weatheridge Drive, Camillus, Nueva York, el joven pidió seis meses de gracia. "No", fue la respuesta del magistrado. Rotondo se fue frustrado y enojado con sus padres, a quienes no les volvió a hablar.
Christina y Mark le habían enviado cinco cartas en las cuales le advertían sobre su situación, dándole consejos, dinero y hasta ofreciendo asistencia. Rotondo, el millennial más famoso por estos tiempos, se negó a recibirla. Es que si aceptaba, podría perder el ingreso social que percibía por haberse inscripto como "pobre".
La primera de ellas fue el 2 de febrero último. "Después de una discusión con tu madre, hemos decidido que debes dejar esta casa de inmediato. Tienes 14 días. No se te permitirá retornar. Tomaremos las acciones que fueran necesarias para respaldar esta decisión", decía la primera, de acuerdo con la cadena CNY Central.
Después llegó una segunda y una tercera, donde le ofrecían 1.100 dólares, ayuda para encontrar un apartamento acorde, vender sus objetos de valor y otros consejos. "Hay trabajos disponibles incluso para alguien como tú, que no tiene un buen historial laboral", le explicaban sus padres. Rotondo nunca las respondió.
Rotondo está indignado. Cree que sus padres no le dieron suficientes argumentos por los cuales debía abandonar su hogar. Allí se sentía cómodo y con plenos derechos. En diálogo con el diario inglés Daily Mail, el joven de 30 años dijo sentirse una víctima de "grupos conservadores" por ser un "millennial liberal".
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