Un policía de frontera del estado de Montana, en Estados Unidos, demoró el miércoles a dos mujeres para chequear sus identidades solo por haberlas escuchado hablar en español, aludiendo sencillamente a que "no es usual" allí.
Las involucradas, Ana Suda y Mimi Hernandez, son ciudadanas estadounidenses de ascendencia hispánica, que ante la humillación decidieron filmar el intercambio con el policía.
En el video resultante, que rápidamente se disparó en redes sociales, el agente O'Neill justifica en forma calma su accionar alegando que Montana "es un Estado en el que se habla predominantemente inglés".
"Entonces, ¿podría usted por favor decir a la cámara por qué nos pidió nuestros documentos?", pregunta una de las dos mujeres.
"Señora, la razón por la que le pedí su documento es que porque vine y vi que ustedes estaban hablando en español, lo cual no es usual aquí", responde el policía.
Las mujeres fueron demoradas por los oficiales en una tienda en la ciudad de Havre, cerca de la frontera con Canadá, donde estaba comprando huevos y leche y dialogando en español, reportó el Washington Post.
"Estábamos hablando y yo estaba a punto de pagar cuando miro hacia arriba y el agente estaba ahí y me pidió mi documentación. Le pregunté si hablaba en serio y me dijo: 'Sí, muy en serio'", relató Suda, una estadounidense de origen mexicano de 37 años, a ese periódico.
En el intercambio posterior, Suda preguntó al agente si la detención se debía a su "perfil racial", lo cual fue negado por el uniformado.
"No tiene nada que ver con eso, tiene que ver con el hecho de que estaban hablando español en la tienda", responde.
En total transcurrieron unos 40 minutos en el estacionamiento mientras el oficial corroboraba los datos. Ahora Suda está pensando en demandar a la patrulla fronteriza de Montana y se contactó con la Unión de Libertades Civiles de los Estados Unidos, una ONG que defiende derechos civiles en el país.
El episodio surge una semana después de que un joven abogado de Nueva York increpara al gerente de un restaurante porque sus empleados estaban hablando español con los clientes, generando una fuerte indignación entre los hispanos de los Estados Unidos y los latinoamericanos.
"Esto es Estados Unidos. Tus empleados deberían estar hablando inglés, no en español. ¿Ok?", dice Aaron Schlossberg en un video tomado por testigos, antes de amenazar con llamar a la Agencia de Inmigración de Estados Unidos y denunciar al restaurante porque su conjetura era que ellos son indocumentados.
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