Sus detractores la califican como cruel y peligrosa. Sus defensores aseguran proteger la vida y creen que su alcance es todavía corto. La ley de aborto en el conservador estado de Iowa, aprobada este mes y resaltada como la más estricta en todos los EEUU, tiene programado entrar en vigencia el 1 de julio, con un debate que llegará hasta la Corte Suprema.
La legislación, conocida como "ley latido", prohíbe toda interrupción del embarazo a partir de la detección de los latidos del feto, hecho que puede ocurrir a poco más de un mes de la gestación (aproximadamente seis semanas), cuando la mujer podría incluso ni siquiera saber que está esperando un bebé. Y este escenario podría complicarse aún más si la Corte Suprema de Iowa autoriza implementar otra medida que exigiría que las embarazadas esperen 72 horas, tras su primera cita para practicarse un aborto, antes de someterse a él.
Las únicas excepciones para permitir el aborto bajo este marco son las emergencias médicas, la violación o el incesto.
"Nos hemos movido rápidamente para desafiar esta ley cruel e imprudente porque no se puede permitir que surta efecto", dijo en una conferencia de prensa Rita Bettis, directora legal de la ACLU en Iowa. A su vez, el procurador estatal, el demócrata Tom Miller, adelantó que no defenderá la ley, al sostener que la medida "socavará los derechos y las protecciones para las mujeres". Actualmente, en Iowa se puede abortar hasta la semana 20 del embarazo, un límite temporal que, según los activistas opositores al derecho a elegir, marca "cuando el feto puede sentir dolor".
El estado registra una larga tradición conservadora, aunque mantiene cierta flexibilidad, aun en temas espinosos como el aborto. En febrero, The Des Moines Register, uno de los periódicos locales más influyentes, realizó una encuesta y reveló que más de tres cuartos de la población apoya que el Gobierno dedique fondos públicos a las ONG de salud reproductiva encargadas de los abortos. No obstante, el tema es presencia permanente en la plataforma republicana, actualmente en el poder.
Es probable que la ley, ya impugnada ante los tribunales, llegue a la Corte Suprema, pero esa es precisamente la intención de sus impulsores, con el deseo de revertir la jurisprudencia marcada por el histórico fallo del caso Roe vs. Wade, que supuso en 1973 la despenalización del aborto.
"Entiendo y anticipo que esto probablemente será cuestionado en la Corte", dijo la gobernadora del estado, la republicana Kim Reynolds, en un comunicado después de firmar la legislación el 4 de mayo. "Sin embargo, esto es más que solo una ley. Se trata de la vida. No voy a darme por vencida de lo que soy o en lo que creo", agregó entonces.
Aunque Reynolds mantuvo en suspenso su decisión sobre firmar o no el proyecto, ahora se muestra enfática: "Me siento muy segura de seguir adelante con ella". A su vez, una ejecutiva de la organización Planned Parenthood le respondió. "Estamos horrorizados con esta legislación. Es la más restrictiva del país y es descaradamente inconstitucional".
Si bien los magistrados supremos rechazaron en el 2016 otras "leyes latido" provenientes de Dakota del Norte y Arkansas, el tribunal ha cambiado su composición y la balanza es más conservadora que antes. Además, el movimiento antiabortista ve al mandatario Donald Trump como un aliado: fue el primer presidente estadounidense en hablar desde la Casa Blanca en apoyo de su manifestación anual Walk for Life, en Washington DC, en enero pasado.
Iowa no ha sido el único estado en intentar endurecer sus leyes en el 2018. Los legisladores republicanos en Mississippi aprobaron a comienzos de año una ley que impide abortar a las 15 semanas y fue firmada por el gobernador, pero suspendida rápidamente tras una apelación.
(Con información de AFP, AP y Reuters)
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