Un juez de Chicago declaró inocente a un hombre que pasó 22 años preso por asesinato, y dejó sin lugar su condena como parte de una amplia revisión de casos posiblemente manchados por abusos policiales.
Anthony Jakes tenía 15 años cuando fue condenado por un homicidio en 1991. Fue sentenciado a una pena de 40 años de prisión, pero en 2013 fue liberado tras cumplir casi la mitad de la condena.
Jakes aseguraba que un detective ya retirado lo golpeó y lo coaccionó para que confesara, pero no le creían.
Finalmente, este lunes un juez declaró de forma oficial que Jakes es inocente.
"Ojalá mi abuela y mi madre estuvieran aquí para celebrar esto conmigo porque eran mi mayor sostén", dijo a periodistas a las afueras de la corte.
"¿Qué se siente estar libre?", le preguntaban los reporteros afuera del tribunal. "Hombre… vamos a tomar una cerveza y hablaremos de ello", bromeó con una sonrisa.
Su caso estuvo en manos del detective Michael Kill, fallecido recientemente. Investigaciones lo señalaron como sospechoso de abusos en 19 procesos, incluso con torturas de choques eléctricos.
Esta es la más reciente de una serie de exoneraciones y convicciones invalidadas en Estados Unidos. Las acusaciones contra 139 personas fueron desechadas el año pasado, según el Registro Nacional de Exoneraciones.
En Chicago, los casos de otros dos hombres estaban bajo evaluación.
La condena a Robert Buoto por un asesinato de 1993 fue anulada, pero los fiscales prometieron volver a investigar su caso. Según afirma, la policía fabricó evidencia en su contra.
Por su lado, Thomas Sierra demandó a la ciudad asegurando que la policía lo incriminó por un asesinato en los años 90. Tenía 19 años cuando fue encarcelado por primera vez, y pasó 22 años tras las rejas antes de que la acusación fue desechada en enero.
(Con información de AFP)
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