Young Mie Kim, profesora de periodismo en la Universidad de Wisconsin-Madison, comenzó a estudiar la publicidad política en Facebook antes del escándalo de Cambridge Analytica, mucho antes incluso de que Mark Zuckerberg se retractara de haber dicho que una operación rusa de injerencia en la plataforma era "algo bastante loco". En agosto de 2016 nadie había escuchado hablar del grupo de propaganda Internet Research Agency (IRA), asociado al Kremlin.
Durante seis semanas practicó la ingeniería inversa de los grupos que habían publicado avisos digitales sobre temas sensibles como la inmigración, las armas, el aborto, o sobre escándalos políticos y racismo. "Recogió montones de pruebas sobre cómo IRA y otros grupos sospechosos buscaron dividir y apuntar al electorado estadounidense en los días previos a la elección", reveló Wired.
El estudio salió ahora en la publicación académica Political Communication. "Los investigadores no pudieron hallar rastros, en registros federales o en línea, de la mitad de los 228 grupos que revisaron que pagaron avisos en Facebook sobre temas políticos controversiales en esas seis semanas", según la revista de tecnología y cultura. "De esos anunciantes llamados 'sospechosos', uno de cada seis resultó estar asociado con IRA, según la lista de cuentas que Facebook al fin entregó al Congreso".
Kim, que actualmente trabaja en el Centro Legal de Campaña, dijo a Wired que se asombró al descubrirlo. "Esperaba que en las plataformas digitales hubiera grupos con dinero oscuro y otros actores desconocidos, pero el alcance fue mucho peor de lo que pensaba", agregó.
Para realizar su investigación, Kim solicitó a un grupo de voluntarios que instalaran una aplicación para rastrear la publicidad. El software, de diseño especial, era similar a un ad-blocker, sólo que en lugar de impedir la presentación del aviso lo enviaría al equipo de investigadores.
La muestra de 9.519 voluntarios se redujo para que representara en general el electorado estadounidense, que vio unos 5 millones de avisos pagos en Facebook entre finales de septiembre y el día de las elecciones, 8 de noviembre de 2016.
De una selección de 50.000 publicidades se buscaron aquellas que tocaran ocho temas sensibles, y a partir de ella se llegó a 228 grupos individuales. "En total, los grupos que nunca se habían declarado ante la Comisión Federal de Elecciones pusieron cuatro veces más avisos que aquellos que sí", observó Wired. Y esos avisos constituyeron la mayoría de los basados en temas.
Kim identificó entonces grupos "sospechosos" a partir de un criterio: páginas de Facebook que se hubieran cerrado o hubieran dejado de estar activas desde la elección. Ninguno había dejado otra huella digital, además. "Nunca logramos rastrear qué eran algunos de ellos", dijo Kim.
En noviembre de 2017 el Comité de Inteligencia d la Cámara de Representantes le dio a la investigadora una clave para abordar estos 122 grupos sospechosos al mostrar algunos de los avisos de IRA. "Kim comparó la lista del Congreso con la suya y halló que uno de cada seis de los anunciantes sospechosos estaban vinculados a IRS".
Entre esos avisos divisivos y abundantes en desinformación uno decía: "Los veteranos antes que los ilegales: 300.000 ex combatientes murieron esperando atención médica estatal. El costo del cuidado la salud de los ilegales es de 1.100 millones por año". Entre los estados a cuyos electores apuntaron más se contaron aquellos donde la competencia fue muy dura entre demócratas y republicanos: Pennsylvania, Virginia y Wisconsin.
Los votantes blancos recibieron el 87% de todos los avisos sobre inmigrantes. El 25% de los avisos contenía un mensaje que nombraba a Trump o Clinton, que no podrían haber aparecido en televisión sin que se aclarase la fuente de financiación. "No hay una legislación adecuada sobre las plataformas de redes sociales", observó la autora.
El próximo proyecto de Kim es analizar esas redes, en general pequeñas páginas de Facebook vinculadas a otras pequeñas páginas de Facebook. Porque si 19 grupos eran de agentes rusos, el otro centenar que la investigadora identificó como sospechosas eran de otro origen, posiblemente zonas oscuras de la política local, cree.
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