Perdón. Ese fue el pedido que National Geograph realizó sobre sus 130 años de historia. Sobre sus 130 años de cubrir de manera "racista" la innumerable variedad de culturas alrededor del mundo. Un mea culpa histórico que fue ilustrado, además, como sólo sus editores saben hacer: con una foto sorprendente. Con una historia increíble.
La imagen de portada muestra a unas mellizas que sorprenden al mundo: una morena y una blanca. Hermanas. Misma sangre, diferente tonalidad de piel. "Estas hermanas mellizas nos hacen repensar todo lo que sabemos sobre raza", es la leyenda que acompaña la fotografía de la niñas.
Pero además de la presentación de las pequeñas, Susan Goldberg, la editora en jefa de National Geographic invitó a un profesor de la Universidad de Virginia especialista en África y fotografía a analizar sus ediciones pasadas para que diera su veredicto respecto a los lugares comunes y racistas que durante décadas utilizó la revista.
John Edwin Mason fue el encargado del particular estudio y halló muchos sinsentidos en las ediciones de la tradicional publicación. Hasta los años 70, por ejemplo, National Geographic "ignoró a la gente de color que vivía en los Estados Unidos". La nota de Goldberg fue contundente: "Por décadas nuestra cobertura fue racista. Para superar nuestro pasado, debemos reconocerlo".
Las imágenes que durante décadas ilustraron sus páginas mostraban personas de otros rincones del mundo sorprendidas, por ejemplo, con tecnología que nunca habían tenido en sus manos. Fascinados por lo que occidente -el mundo civilizado- había desarrollado mientras ellos eran mostrados como "salvajes", según la descripción hecha por Mason.
Una de las explicaciones que encontró el académico para las coberturas "racistas" fue que National Geographic nació bajo el abrigo de la expansión colonialista en todo el globo. "Y el mundo estaba dividido entre colonizadores y colonizados. Era una línea de color, y la revista estaba reflejando esa visión del mundo", expresó Mason.
"La cobertura no era correcta antes porque estaba contada por una elite, el punto de vistas blanco americano, y creo que habla de por qué necesitamos una diversidad de contadores de historias", indicó Goldberg en declaraciones a AP.
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