El director de la CIA, Mike Pompeo, defendió este domingo la apuesta del presidente norteamericano Donald Trump de aceptar un histórico encuentro con el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-un, y aseguró que esta apertura fue gracias a su política de extrema firmeza.
"Él puso una enorme presión global sobre los norcoreanos, que ha tenido un impacto real en el régimen y su economía, haciendo que Kim Jong-un venga a nosotros y diga que quiere empezar a discutir en términos que Estados Unidos nunca había obtenido antes", manifestó a la cadena local NBC.
"Nunca antes habíamos tenido a los norcoreanos en una posición en la que su economía estuviera en tanto riesgo, en la que su liderazgo estuviese bajo tanta presión", agregó a Fox News.
Corea del Norte es objeto de severas sanciones económicas, decididas por Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas en respuesta a sus programas militares y balísticos.
El propio presidente estadounidense realizó comentarios optimistas durante el fin de semana. "Creo que quieren hacer las paces, creo que es hora", indicóel sábado por la noche ante una multitud de seguidores en los suburbios de Pittsburgh. Previamente, predijo un "enorme éxito" en estas conversaciones.
La administración Trump se jacta de haber obtenido compromisos inéditos de Pyongyang: la promesa de discutir la desnuclearización de la península norcoreana y la suspensión de todo ensayo nuclear o balístico durante el proceso de diálogo.
Este fue el mensaje transmitido por altos funcionarios surcoreanos que se reunieron el jueves pasado con Trump en Washington y llevaron la propuesta norcoreana de una reunión cumbre. El encuentro debería tener lugar antes de finales de mayo, en un lugar a determinar.
"Creo que uno de los principales motivos por los que tenemos esta reunión es el gran impacto que han tenido las sanciones", detalló, por su parte, el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, en NBC.
No osbtante, el proceso de negociación sigue rodeado de muchas incertidumbres, y el propio régimen de Pyongyang no lo ha comentado, dejando que surcoreanos y estadounidenses sean los que se expresen.
El secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, dijo que prefería hablar lo menos posible sobre el tema. "Cuando estás en una posición como esta, las posibilidades de malentendido son muy altas", declaró en una escala en Omán.
La misma cautela manejan otros altos funcionarios estadounidenses, como el secretario de Estado, Rex Tillerson, o el asesor de Seguridad Nacional, H.R. McMaster.
Los funcionarios estadounidenses han asegurado que su posición de firmeza se mantendrá en los próximos meses. "No lo malinterpreten: mientras estas negociaciones tengan lugar, no habrá concesiones", advirtió Pompeo.
Con información de AFP
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