En un informe detallado cronológicamente, The Wall Street Journal (WSJ) expuso que Facebook comprobó, por sus propias investigaciones internas, que durante la campaña presidencial de los Estados Unidos un grupo ruso compró avisos por más de USD 100.000 mientras se abrían varias cuentas falsas, pero que por diferentes razones no lo divulgó.
Y cuando reveló que la red social había sido "explotada por propagandistas con respaldo ruso", según el artículo de Deepa Seetharaman, Robert McMillan y Georgia Wells, "subestimó sus problemas con los usuarios, los anunciantes y, de manera crucial, con Washington DC".
La nota surgió luego de que una reciente serie de tuits del director de publicidad de Facebook, Rob Golman, recibiera críticas por demostrar "que los líderes de la empresa todavía no se han hecho cargo de su papel en la campaña rusa".
There are easy ways to fight this. Disinformation is ineffective against a well educated citizenry. Finland, Sweden and Holland have all taught digital literacy and critical thinking about misinformation to great effect. https://t.co/V0JNvW083W
— Rob Goldman (@robjective) February 17, 2018
Uno de ellos fue retuiteado por el presidente Donald Trump, con el aumento exponencial de su visibilidad. Otro recomendaba la educación digital de la ciudadanía, como en Finlandia, Suecia y Holanda, lo cual molestó a muchos críticos que vieron en eso la prueba de que Facebook no reconocía su responsabilidad.
"Durante meses, los líderes del gigante de las redes sociales parecieron ajenos a la creciente preocupación pública por su impacto social y a la inquietud en aumento en Washington", según WSJ. Citó al senador demócrata Mark Warner: "Facebook fue muy lento en reconocer el alcance del problema". Mencionó también la perspectiva de la empresa, que en un momento se sintió mal porque cuanto más información revelaba, más se creía que no revelaba.
El 9 de diciembre de 2016, un memo del equipo de seguridad advirtió a la dirección ejecutiva de la empresa sobre posibles intentos de manipulación de Rusia. "Pero la empresa esperó nueve meses antes de decir públicamente que la manipulación rusa había sucedido", señaló el periódico neoyorquino. Cuando la compañía lo reconoció ante el Congreso, casi un año después, debió decir que la cantidad de usuarios alcanzados por las operaciones rusas habían sido 126 millones.
Tras publicar un descargo del vicepresidente de política global de la empresa, Joel Kaplan —"seguimos enterándonos más a medida que realizamos nuestras investigaciones internas y brindamos información a las autoridades y los legisladores"—, WSJ interpretó que la actividad rusa sorprendió a los ejecutivos de la red, y que muchos se quejan de ser los únicos señalados por el enojo público, ya que otras empresas como Google y Twitter también fueron afectadas.
En cualquier caso, tras 14 años de construir la imagen de "una misión que trasciende las ventas y las ganancias", Facebook, que salió al mercado en 2012 con la voluntad de "hacer el mundo más abierto y conectado", según dijo entonces Zuckerberg, debe explicar ahora "que haya permitido que en su servicio proliferase contenido objetable, incluidos videos violentos en vivo y noticias falsas".
El memorándum del equipo de seguridad enviado en diciembre de 2016 llegó a Zuckerberg, la directora ejecutiva Sheryl Sandberg y otros ejecutivos de primera línea. "Resumía cómo elementos apoyados por Rusia trataban de filtrar en Facebook información robada al Partido Demócrata", según fuentes de WSJ. El texto "advertía que podía haber otra actividad rusa en la plataforma que todavía no se había detectado".
Un mes más tarde, "agentes de inteligencia estadounidenses advirtieron en un informe desclasificado que la IRA interfería con la elección". La sigla alude al Internet Research Agency, un grupo de propaganda con sede en San Petersburgo al que se atribuyen lazos con el Kremlin. "En ese momento, Facebook se tomó más en serio la necesidad de erradicar la influencia rusa".
Alex Stamos, director de seguridad de la compañía, creó herramientas específicas para la pesquisa de más pruebas sobre la manipulación rusa. Su equipo "comenzó el borrador de un informe en el que se detallaba la magnitud de lo que conocían como las diversas 'operaciones de información' en la plataforma".
Pero no todos en Facebook creían que revelar esos detalles fuera una buena idea. Mientras el departamento de seguridad fomentaba que se hiciera eso, los ejecutivos de política y de legales se resistían: "Decían que era peligroso que una empresa privada denunciara a una nación extranjera", y que debían estar seguros de lo que decían.
"El 27 de abril Facebook lanzó un informe de 13 páginas sobre operaciones de información en su plataforma que no mencionó a Rusia", señaló WSJ. En junio, cuando encontró "páginas que sospechaba que habían sido creadas por rusos", Facebook tampoco hizo público el descubrimiento. Algunos congresistas comenzaron a presionar a la empresa.
Hacia finales de julio la compañía comprobó más allá de dudas que IRA había comprado avisos con el fin de "intentar conseguir nuevos 'me gusta' para grupos divisivos de Facebook que parecían estar sostenidos por IRA". Las investigaciones vincularon los avisos a unas 400 cuentas, de las cuales no todas compraron avisos.
El problema, según el artículo de Seetharaman, McMillan y Wells, es que a la resistencia interna de Facebook a hacer públicas las operaciones rusas se sumó la prohibición del fiscal especial del Departamento de Justicia Robert Mueller, quien ordenó el secreto de sumario sobre la investigación de la interferencia rusa "que impidió que Facebook hablara en detalle sobre su colaboración con Mueller".
"El 21 de septiembre, en su primer día de trabajo luego de su licencia por paternidad, Zuckerberg hizo un anuncio en vivo desde Facebook y describió nueve cambios que haría para prevenir la interferencia extranjera, entre ellos entregar los avisos de IRA al Congreso", indicó WSJ. Sin embargo, en octubre, Goldman, en una conferencia en Hawai, "defendió el manejo que Facebook hizo de la crisis rusa".
Muchos asistentes lo rebatieron. Uno le preguntó a Goldman "sobre el hecho de que los rusos compraron los avisos en rublos, y causó risas entre la gente".
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