El gobernador de Texas, Greg Abbott, conmutó este jueves la pena de muerte contra Thomas 'Bart' Whitaker, un sentenciado que contrató a un sicario para asesinar a su familia.
"El Sr. Whitaker deberá pasar lo que resta de su vida tras la rejas en castigo por su crimen atroz", señaló Abbott al justificar su decisión después de que el padre del preso pidiera por su vida.
Estoy agradecido por esta decisión, no por mí, sino por mi padre
Whitaker, un estadounidense que quiso asesinar a toda su familia, debía ser ejecutado este jueves, pero el gobernador terminó por escuchar los pedidos de clemencia del padre, quien también era un blanco del sicario contratado por Thomas.
#BREAKING GOVERNOR Abbott commutes Thomas Bart Whitaker’s death sentence. Statement here: pic.twitter.com/lKOgYX94Ls
— Christian Flores (@CFloresNews) February 22, 2018
De manera excepcional, la estatal Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas también había recomendado el martes clemencia para Whitaker.
La intensidad de este drama familiar impactó a Estados Unidos. Por un lado, un hijo asesino de su madre y de su hermano, que también quería matar a su padre. Por otro lado, había un padre, que aún gravemente herido y sin saber quién estaba detrás del ataque, decidió perdonar al asesino, por ser un firme creyente en la redención.
En una rara coincidencia, había otras dos ejecuciones previstas este jueves en Florida y Alabama.
Eric Branch, fue ejecutado en Florida como estaba previsto, por el asesinato de un estudiante.
Doyle Hamm, en tanto, debía recibir la pena de muerte en Alabama por el asesinato de un empleado de un motel, pero el estado pospuso la ejecución aduciendo que no había suficiente tiempo para preparar el detenido antes del vencimiento de la orden de ejecución.
"Perdón milagroso"
"Estoy agradecido por esta decisión, no por mí, sino por mi padre", aseguró Whitaker, en unas declaraciones difundidas en un comunicado por el Departamento de Justicia Criminal de Texas.
"Acepto cualquier pena por mis crímenes, pero mi padre no hizo nada mal. El sistema funcionó hoy para él, y haré todo lo mejor que sé para mantener mi parte del trato", dijo el reo perdonado.
El padre de Bart, Kent Whitaker, movió cielo, mar y tierra durante años para recibir misericordia para su hijo, a quien perdonó desde la cama del hospital.
Acepto cualquier pena por mis crímenes, pero mi padre no hizo nada mal. El sistema funcionó hoy para él, y haré todo lo mejor que sé para mantener mi parte del trato
En 2003, Bart contrató a un pistolero para liberarse de sus padres y de su hermano, contra los que había acumulado odio.
El entonces veinteañero montó un falso robo, y afirmó que habían disparado en su contra durante el sangriento ataque. Su madre Tricia, de 51 años, y su hermano Kevin, de 19, resultaron fatalmente heridos.
Durante siete meses, Kent Whitaker vivió con su hijo Bart ignorando que él era el responsable de la tragedia familiar, mientras los policías avanzaban en la investigación que finalmente lo halló culpable.
Para entonces el padre ya había perdonado al asesino. Lo decidió la noche misma del tiroteo, con el tórax perforado por una bala 9mm, cuando, según dijo, Dios fue a su encuentro y lo ayudó a llegar a un "perdón milagroso".
"Vivo con la magnitud de la pérdida todos los días. Pero Dios me ayudó a alcanzar ese completo perdón y creo que lo hizo para ayudarme a reconstruir mi relación con mi hijo", contó a AFP.
La única ejecución: Eric Branch
La segunda ejecución que se concretó este jueves es la de Eric Branch, sentenciado en el estado de Florida a la pena de muerte por el asesinato de un estudiante en 1993.
Sus abogados lanzaron en vano el último recurso para salvarlo, argumentando que el detenido tenía solo 21 años en ese momento y que el veredicto fue emitido por un jurado no unánime.
Branch asaltó a Susan Morris en el estacionamiento de la Universidad del Oeste de Florida, la llevó a una zona boscosa donde la violó y asesinó, y luego huyó con el vehículo que robó a su víctima al estado de Indiana, donde fue detenido días después.
La muerte inyectada por el pie
En el estado de Alabama, en tanto, Doyle Hamm, esperaba su ejecución tras pasar tres décadas en el corredor de la muerte por el asesinato en 1987 de un empleado de un motel durante un robo a mano armada.
Sin embargo, el estado pospuso la ejecución en la madrugada del viernes aduciendo que no había suficiente tiempo para preparar el detenido antes del vencimiento de la orden de ejecución.
Doyle Lee Hamm (AP)
Hamm padece cáncer de cerebro y del sistema linfático. Por la gravedad de su enfermedad, sus abogados temían que su ejecución mediante inyección letal se convierta en una sesión de tortura.
Pero el martes un tribunal dictaminó finalmente que la condición de salud de Hamm no impedía que fuera ejecutado, siempre que el catéter de infusión se insertara en una vena de sus piernas o pies.
Los verdugos de Alabama trataron de insertar líneas intravenosas a Hamm durante más de dos horas, pero finalmente desistieron y cancelaron la ejecución hasta nueva fecha antes de que a medianoche se cumpliese el plazo previsto para proceder.
"Probablemente le han estado pinchando durante dos horas y media y no han podido hallar una vena, ¡como les llevo diciendo desde julio! Intolerable. Simplemente intolerable", escribió en Twitter el abogado de Hamm, Bernard Harcourt.
Los condenados a muerte en Estados Unidos reciben generalmente la inyección letal en los brazos o manos.
38 ahorcamientos en un día
No ha habido tres ejecuciones en el mismo día en Estados Unidos desde el 7 de enero de 2010. Una triple ejecución ocurrió solo 13 veces en 40 años, según el Centro para la Información sobre la Pena de Muerte (CPIPM por sus siglas en inglés), una organización que aboga por la eliminación de la pena capital.
En la historia moderna, el número récord de ejecuciones en un día se registró el 9 de diciembre de 1999, cuando cuatro estados (Oklahoma, Indiana, Texas y Virginia) ejecutaron a un prisionero.
Pero el número más alto en la historia del país se alcanzó el 26 de diciembre de 1862 en Minnesota, cuando las autoridades federales ahorcaron a 38 miembros de la tribu indígena Dakota.
Por Sebastien Blanc (AFP)
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