En junio pasado, Jeff Murphy, de 53 años, dejó su casa de Chicago y viajó a la frontera de los estados de Montana y Wyoming donde se encuentra el célebre Parque Nacional de Yellowstone. Ya allí, Murphy dejó a su esposa en un hotel y salió a una caminata en la montaña que no demoraría más de medio día.
Pero las horas pasaban y Murphy no regresaba.
Su esposa denunció su desaparición y el Servicio de Parques Nacionales envió ocho unidades con caballos, perros y un helicóptero para su búsqueda en los alrededores del pico de Turkey Pen, que mira al río desde sus más de 2.000 metros de altura.
Finalmente, el 9 de junio encontraron el cuerpo de Murphy en la base de una ladera rocosa. La policía no informó más y el caso pareció cerrarse como un simple accidente en una caminata en la montaña.
Pero esta semana se supo que Murphy murió, al igual que otras tres personas en los últimos años, en la búsqueda de un tesoro de más de dos millones de dólares que un rico anciano dice haber escondido en las montañas, según contó la cadena de noticias KULR, tras un pedido de acceso a la información pública para conocer los reportes policiales del caso.
Forrest Fenn es un hombre excéntrico de más de ochenta años que dice haber escondido "en una elevación por encima de los 1.500 metros entre Santa Fe y la frontera canadiense" (un área inmensa de miles de kilómetros cuadrados) un pequeño cofre románico con joyas por un valor de más de USD 2 millones. En 2010 publicó sus memorias, en las que un poema da algunas pistas para hallarlo.
Desde entonces, miles de personas han salido a recorrer montañas y colinas del oeste de Estados Unidos en búsqueda del tesoro, pero nadie ha tenido suerte.
Cuatro rastreadores, en cambio, encontraron la muerte.
En 2016, Randy Bilyeu, de 54 años, se internó en las zonas selváticas de Nuevo México decidido a hallar el tesoro. Seis meses después, la policía encontró su cuerpo en el fondo del Río Grande.
A mediados de 2017, el cuerpo de Paris Wallace, un pastor de Colorado de 52 años, también tuvo que ser recuperado de la orilla de un curso de agua.
Pocos días después, Eric Ashby, de 31 años, decidió encarar su búsqueda con una excursión de rafting por el río Arkansas de Colorado. Semanas después, su cuerpo fue hallado río arriba.
El cuarto fue Murphy. Se había enterado de la existencia del tesoro al leer una nota en la revista de una aerolínea. Luego se compró el libro de memorias de Fenn The thrill of a chase (El entusiasmo de una cacería). Días antes de morir, le había escrito al propio Fenn contándole que saldría en la búsqueda del tesoro.
Cuando se enteró de que estaba desaparecido, Fenn se contactó con los guardaparques, se mostró preocupado y hasta ofreció pagar por el helicóptero para su búsqueda, según reportó KULR.
Erica Murphy, la esposa de Jeff, contó que su marido estaba realmente entusiasmado con la búsqueda y no culpa a Fenn por su muerte. "Él amaba cualquier cosa que mantuviera activo su cerebro y amaba estar en la naturaleza", recordó.
Fenn dice que el tesoro oculto en el cofre incluye 265 monedas de oro, figuras de jade chinas, rubíes, esmeraldas, diamantes y pepitas de oro. El anciano contó a la cadena ABC que una de sus motivaciones para ocultarlo fue "sacar a los chicos de sus sillones y de la adicción a las consolas de juegos". Miles de personas han salido en su búsqueda desde 2010, contando su experiencia en blogs y foros en la web, pero nadie ha logrado hallarlo.
El octogenario millonario ofreció sus condolencias por las muertes pero se ha negado a los pedidos de ponerle fin a la búsqueda: "Si alguien se ahoga en la piscina no debemos vaciarla, debemos enseñarle a la gente a nadar", dijo.
Con información de The Washington Post
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