Una estudiante que se escondió en un armario durante el tiroteo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Florida reveló que su abuelo también debió acudir a la misma estrategia cuando su familia fue asesinada en la primer masacre en la historia de Estados Unidos en 1949.
En su cuenta de Twitter, Carly Novell, de 17 años de edad, publicó una foto junto a Charles Cohen en la cual hizo un paralelismo entre su experiencia del miércoles y el episodio que padeció su abuelo hace casi 70 años.
"Este es mi abuelo. Cuando tenía 12 años de edad, se escondió en un armario mientras su familia era asesinada durante el primer tiroteo masivo en Estados Unidos. Casi 70 años después, también me escondí en un armario frente a un asesino. Estos eventos no deberían ser repetitivos. Algo tiene que cambiar", escribió.
This is my grandpa. When he was 12 years old, he hid in a closet while his family was murdered during the first mass shooting in America. Almost 70 years later, I also hid in a closet from a murderer. These events shouldn't be repetitive. Something has to change. #douglasstrong pic.twitter.com/nDctTNlUNs
— carly (@car_nove) February 15, 2018
El evento al que Novell hace referencia en su tweet es el "Paseo de la Muerte", una masacre que perpetró el lobo solitario Howard Unruh el 6 de septiembre de 1949, cuando asesinó a 13 personas e hirió a otras tres en una tragedia que duró 20 minutos.
Aquel año, en el Día del Trabajo, que se celebra en Estados Unidos el primer lunes del mes de septiembre, Unruh decidió ir al cine para encontrarse con un hombre con el que había estado teniendo una aventura por algunas semanas. Pero desafortunadamente para Unruh, por entonces de 28 años, el tráfico lo detuvo y para cuando llegó al cine en Market Street, un conocido punto de encuentro de parejas gays en Filadelfia, su cita se había marchado.
Entonces, se sentó en la oscuridad por su cuenta y miro las películas en soledad hasta las dos de la madrugada. A las 3.00 de la mañana, regresó a su casa en Nueva Jersey para descubrir que la cerca que recién había construido en la parte trasera de su patio para evitar una continua disputa con sus vecinos, los Cohen, que eran dueños de la farmacia debajo del departamento que compartía con su madre, había sido dañada.
Fue la gota que colmó el vaso. Durante unos años, Unruh había estado contemplando matar a varios de sus vecinos de Cramer Hill por una serie de disputas menores, desprecios e insultos verbales, todo lo cual alimentaba su psicosis.
Esa noche, desembaló su Luger P08, una pistola 9 milímetros alemana que había comprado en una tienda de artículos deportivos en Filadelfia por 37,50 dólares, y la cargó junto a 33 cartuchos sueltos. Cuando se acostó, trazó una lista negra mental hasta que se quedó dormido.
El Paseo de la Muerte
Ciertamente, Unruh no fue el primer estadounidense que tomó las vidas de múltiples víctimas. El FBI define una "masacre" como el asesinato de cuatro o más víctimas en un único incidente. Los asesinos seriales caen dentro de su propia categoría, y los "tiroteos masivos" se distinguen de la masacre en que cuenta el número total de personas disparadas, heridos y muertos y no sólo los asesinados.
Aunque la terminología puede ser confusa, Unruh es considerado como el primer "lobo solitario" de los asesinos masivos modernos.
"Unruh realmente coincide con el perfil de un asesino masivo. Tenía un temperamento rígido, una incapacidad para aceptar la frustración o la gente que no lo trataba tan bien como él quería, y un sentimiento de aislamiento, todas las cosas que la gente acepta y que supera", dijo Katherine Ramsland, profesora de psicología forense de la Universidad de DeSales. "Tenía una ira que flotaba libremente, guardaba rencores, poseía armas que sabía usar y decidió que alguien iba a pagar. Es una receta típica para la combustión interna".
Unruh aprendió a usar armas de fuego en la Segunda Guerra Mundial, sirviendo en el Grupo de Artillería Blindado 342 y participando en el relevo de Bastogne en la Batalla de las Ardenas.
Sus comandantes dijeron que seguía bien las órdenes. Sin embargo, mientras estaba en combate, guardaba notas meticulosas de cada alemán que mataba. Marcaba el día, la hora y el lugar, y cuando las circunstancias lo permitían, describía los cadáveres con inquietantes y sangrientos detalles. Después de los asesinatos, el hermano menor de Unruh, Jim, les decía a los reporteros que no era el mismo después del servicio y que "nunca volvió a actuar como su viejo yo", pero de todas maneras fue licenciado honorablemente sin antecedentes de enfermedad mental.
Unos años después, en la ciudad de Camden, Unruh perpetraría su célebre matanza conocido como el "Paseo de la Muerte", un acto que predijo una era en la que tales tragedias llegarían a ser demasiado comunes.
Alrededor de las 8 de la mañana del 6 de septiembre, Unruh recogió su pistola Luger y munición, un cuchillo de seis pulgadas y una pluma de gas lacrimógeno con seis proyectiles y salió a la calle.
Vestido con un traje tropical marrón, camisa blanca y botas del Ejército, le disparó a un repartidor de pan en su camión, pero falló. Luego entró en la tienda del zapatero y, sin decir una palabra, le disparó en el pecho a John Pilarchik, el zapatero de 27 años que estaba en su lista negra. Pilarchik cayó al suelo. Aún vivo, Unruh disparó otra bala en su cabeza y murió.
Luego volvió a la calle y entró en la barbería de al lado. Allí, Clark Hoover, de 33 años, le estaba cortando el cabello a Orris Smith, de apenas seis años, quién estaba sentado sobre un caballo blanco de calesita mientras que su madre, Catherine, lo miraba. El barbero trató de proteger al niño, pero Unruh mató al chico con una bala en la cabeza. Un segundo disparo acabó con la vida de Hoover. Ignoró a Catherine, de 42 años de edad, quien llevó a Orris a la calle gritando desesperadamente hasta que un vecino la recogió y la llevó al hospital.
De vuelta en River Road, Unruh le disparó a un chico por una ventana, pero falló. Luego disparó hacia una taberna al otro lado de la calle que pertenecía a Frank Engel, pero no hubo heridos. Entonces, el vetarano de guerra recargó su pistola y se dirigió a la farmacia para enfrentarse a sus principales objetivos, los Cohen.
En ese momento, James Hutton, un vendedor de seguros de 45 años, salió de la farmacia para ver de que se trataba tanta conmoción. Se enfrentó cara a cara con Unruh, pero no se movió lo suficientemente rápido cuando el asesino le pidió permiso. A sabiendas de que la policía llegaría en cualquier momento, Unruh mató a Hutton y entró a la tienda.
Vio a Maurice, de 40 años, y a su esposa Rose, de 38, subiendo las escaleras hasta su apartamento. Rose se escondió en un armario y puso a su hijo Charles (el abuelo de Carly Novell), de 12 años, en otro, pero disparó a través de la puerta y la asesinó. Buscando a su próxima víctima por el apartamento, se encontró con la madre del farmacéutico, Minnie, de 63 años, intentando llamar a la policía y le disparó varias veces. Luego, persiguió a Maurice hasta la terraza del edificio y le disparó por la espalda, enviándolo al pavimento de abajo.
Su principal objetivo ya estaba muerto en la acera, pero Unruh continuó su alboroto. De vuelta en la calle, mató a cuatro automovilistas que simplemente estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. Luego se apoyó en el coche de Alvin Day, un veterano de la Segunda Guerra Mundial de 24 años que se detuvo en la esquina al ver al cuerpo de Hutton, y también lo mató.
Tras asesinar a Day, se dirigió a un vehículo que estaba parado en una luz roja y disparó a través del parabrisas. Inmediatamente mató a la conductora Helen Wilson, de 37 años, y a su madre Emma Matlack, de 68, e hirió al hijo de Helen, John Wilson, de 9 años, que luego murió en el hospital a causa de una bala en el cuello.
Finalmente fue en búsqueda de sus dos últimas víctimas. Entró a la sastrería buscando a Tom Zegrino, pero sólo encontró a Helga, de 28 años. Estaba de rodillas rogando por su vida cuando Unruh le disparó a quemarropa. En la puerta de al lado, Thomas Hamilton, a menos de dos semanas de su tercer cumpleaños, estaba jugando con el telón cerca de su corralito y miró por la ventana para ver que sucedía. En su testimonio, Unruh dijo que confundió la sombra del niño por uno de los vecinos que tiraba basura en su patio y asesinó a Hamilton de una bala en la cabeza.
Antes de regresar a su hogar, el asesino irrumpió en una casa detrás de su apartamento e hirió a una madre y su hijo, Madeline Harrie, de 36 años, y Armand, de 16. En ese punto se quedó sin munición y regresó a su apartamento. A lo lejos, las sirenas policiales comenzaban a escucharse.
Pocos minutos después, alrededor de 50 oficiales rodearon el edificio de estuco de dos pisos y comenzaron a disparar al apartamento con ametralladoras, escopetas y pistolas. En medio del caos, un par de policías se subieron al techo -el mismo del que Maurice Cohen se desplomó- y lanzaron una lata de gas lacrimógeno al apartamento de Unruh. El primero fue un fracaso, pero el segundo fue muy efectivo. Cinco minutos después, Unruh gritó que se estaba rindiendo. Gritó que estaba dejando su arma en un escritorio y salió por la puerta trasera con las manos en alto.
Fue cacheado y esposado mientras la multitud demandaba que el asesino fuera linchado allí mismo. Furioso, un policía le preguntó: "¿Qué rayos te pasa? ¿Eres un psicópata?"
"No soy un psicópata. Tengo una mente sana", contestó Unruh rotundamente.
Menos de 24 horas después de su detención, fue trasladado al Edificio Vroom para los enfermos mentales en el Hospital Psiquiátrico de Trenton. Permaneció allí durante los próximos 60 años como el Caso No. 47.077 hasta que murió a los 88 años el 19 de octubre de 2009.
Nunca fue juzgado por el "Paseo de la Muerte".
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