El pánico de los alumnos durante el tiroteo en una escuela de Florida quedó retratado en una multitud de videos y fotos captadas por los propios estudiantes que, celular en mano, registraban cada movimiento, que podía ser el último de su vida.
Entre ellos, un joven (no identificado tras la viralización del video) grabó el momento en el que, agazapado junto con sus compañeros y rogando para que el autor de la masacre no siga rondando los pasillos, ve cómo la policía entra al aula.
El protocolo de emergencia indica que las puertas deben ser bloqueadas ante una situación de un tirador activo, por lo que se presume que hubo un aviso previo de la policía para informar que el área estaba despejada.
Aun así, el nerviosismo de los adolescentes es palpable. Los sollozos se escuchan, las manos tiemblan.
Los agentes del equipo de rescate inspeccionan el área y piden a todos que levanten sus brazos. Algunos ya lo habían hecho instintivamente. El temor se mantiene.
Los policías piden a los alumnos que guarden los celulares, posiblemente para evitar que se confunda con algún objeto peligroso. Mientras tanto, el tirador ya no estaba en la zona. Había escapado camuflándose entre otros estudiantes que huían despavoridos. Fue capturado poco después, pero su obra asesina dejó al menos 17 muertos y otros 14 heridos.
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