Así como la semana negra que vivió Wall Street en la primera quincena de febrero estuvo impulsada por la publicación de un informe oficial del gobierno estadounidense, los inversores de bolsas de todo el mundo analizan las cifras de inflación de enero en EEUU, un dato que puede generar una nueva ola de liquidaciones o disipar las dudas, según su interpretación.
Los precios al consumidor en Estados Unidos subieron más a lo esperado en enero y una medición de la inflación subyacente anotó su mayor avance en un año, lo que fortalece las expectativas de que la Reserva Federal eleve las tasas de interés a un ritmo más veloz este año.
El Departamento del Trabajo de EEUU informó este miércoles que su Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió un 0,5% el mes pasado debido a que las familias pagaron más por gasolina, alquileres de viviendas y atención de salud. El incremento interanual se mantuvo estable en 2,1 por ciento.
Excluyendo los volátiles componentes de alimentos y energía, el IPC se aceleró un 0,3% mensual y se mantuvo sin cambios con una lectura de 1,8% interanual.
En este marco, la Fed subiría la tasa para desalentar los préstamos e incentivar los depósitos, logrando reducir el circulante de dinero. De esta forma, los consumidores e inversionistas prefieren aprovechar los altos intereses, generando olas de venta en acciones.
Las tasas de interés están actualmente en el rango de entre 1,25% y 1,5%, y no se descartan al menos tres subidas en lo que queda del año, que dependerán igualmente del desempeño de los otros indicadores económicos.
A su vez, la tasa a diez años de los bonos norteamericanos también pegarían un salto adicional, desde su nivel actual de 2,88% anual, que ya está considerablemente por encima del 2,3% de inicios de año. Un aumento en este indicador afectaría el financiamiento de mercados emergentes, en particular para países que tienen alta dependencia del endeudamiento.
Según analistas de Goldman Sachs, los bonos a 10 años podrían trepar hasta a 3,5% en los próximos meses si se confirman los aumentos planeados por la Reserva Federal.
El aumento del mercado en el último año, en el que Wall Street registró reiterados récords, impulsó las cuentas de retiro de los estadounidenses, lo que ha ayudado a mantener el consumo, motor de la economía de Estados Unidos. Aún después de las pérdidas de esta semana, el Dow Jones sigue 37% por encima de cuando Donald Trump fue elegido presidente ne noviembre de 2016, algo de lo que el mandatario se ha vanagloriado reiteradamente, aunque ha evitado mencionarlo en los últimos días.
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