Con las temperaturas bajo cero durante varios días, muchas lagunas y estanques de distintos parques de Nueva York se congelan. Cuando los niños se encuentran con ese fenómeno natural, les cuesta resistir la tentación de caminar por encima, patinar y resbalar. Algo que puede ser muy peligroso si la capa de hielo es demasiado delgada.
Eso hacían Anthony Perez, de 11 años, y Juan Umpierrez, de 12, el martes en el Forest Park de Queens, Nueva York. Cuando el hielo se rompió y Juan se hundió en el agua, Anthony extendió sus brazos para rescatarlo.
Tuvo éxito. Pero casi al mismo tiempo que ponía a salvo a su amigo, él mismo terminó cayendo al agua. A pesar de sus esfuerzos, no pudo salir.
Algunos minutos después llegó un grupo de bomberos. El niño no respiraba cuando lo sacaron del estanque. Trataron de reanimarlo y lo trasladaron al Hospital Jamaica, pero no pudieron salvarlo.
George Healy, jefe del Departamento de Bomberos de la Ciudad de Nueva York, contó al New York Post que dos de los rescatistas debieron ser tratados por hipotermia. "Tuvieron que romper el hielo con sus manos para salir del agua", contó. El oficial manifestó su dolor por lo ocurrido y recordó que, por más que pueda parecer divertido, nunca hay que caminar sobre un lago congelado.
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