Lo vieron venir a la distancia, suponiendo que, más temprano que tarde, el yate iba a disminuir su velocidad. Al darse cuenta de que eso no estaba pasando, Bryan Maess empezó a gritar y a agitar sus manos, con la esperanza de que el capitán de la otra embarcación, de unos 10 metros de eslora, revirtiera su rumbo. Pero eso no ocurrió.
En un intento desesperado por salvar sus vidas, Maess y sus dos acompañantes, Christopher McMahon y Roni Durham, se arrojaron al río Columbia, en Oregon. Dos cámaras ubicadas en su bote captaron el momento del impacto.
Maess, un policía de 47 años, terminó con lesiones en el tobillo, en una pierna y en un brazo. Heridas similares sufrieron sus amigos. De todos modos, ninguno corrió peligro.
El oficial inició una demanda legal contra Marlin Lee Larsen, de 75 años, que estaba al frente del yate. Le reclama 370 mil dólares de indemnización. En su defensa, Larsen asegura que, desde la posición en la que se encontraba, no podía ver el otro bote.
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