Había iniciado su ordenador y abierto el programa que se suponía debía probar. En la pantalla, una vez desplazado el menú, tenía dos opciones: "Test alerta de misil"; "Alerta de misil". Con su mouse escogió la segunda alternativa. Error. El pánico fue inmediato. Sirenas, los carteles de vía pública y tráfico, mensajes de texto a celulares emitieron sus advertencias: "Amenaza de misil balístico entrando a Hawaii. Busca un refugio inmediatamente. Esto no es un ejercicio".
Es que el hombre era empleado de la Agencia de Manejo de Emergencia de Hawaii, la encargada de advertir a la población sobre un inminente impacto misilístico por parte de la dictadura de Corea del Norte. La población de ese estado norteamericano creyó lo peor y comenzó a prepararse y a buscar refugio.
El hecho ocurrió el sábado a las 8:05 a. m. Además de los carteles lumínicos y mensajes de texto, la televisión local comenzó a hacerse eco de la desesperada noticia: la isla sería impactada por un misil, probablemente lanzado desde algún lugar de Corea del Norte. Las cadenas aconsejaban a los residentes y turistas que sí estaban dentro de sus casas u oficinas o negocio, se mantuvieran allí; si estaban fuera, que recurrieran a algún refugio seguro; si estaba conduciendo un vehículo, que estacionara tranquilamente y consiguiera un lugar donde escudarse.
Fueron 38 minutos interminables hasta que finalmente se comunicó que se había tratado de un error. 38 minutos en los cuales miles de personas se comunicaron con sus familiares para decirles cuánto los amaban. El pánico fue absoluto. Horas después, el gobernador David Ige se disculpó y explicó que un empleado de la agencia había apretado "el botón equivocado".
El error humano generó una ola de críticas alrededor de los Estados Unidos por la falta de controles para evitar semejante y delicada advertencia. Incluso se cuestionó severamente la falta de reacción o un sistema que pudiera corregir de inmediato la equivocación.
Por el momento, la Agencia de Emergencias de aquel estado suspendió todos los ejercicios de alerta hasta que la investigación sobre el asunto quede concluida. En primer lugar implementaron una doble autorización para emitir el mensaje. "Parte del problema es que era muy fácil cometer ese doble error", indicó Richard Rapoza, vocero de ese organismo a The Washington Post.
En tanto, la Agencia de Manejo de Emergencias de Hawaii no echó al empleado despistado. En principio fue reasignado a otro puesto en esa oficina, aunque no fue informado qué responsabilidades tendrá o qué botones tendrá a su alcance.
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