AT&T decidió cancelar un acuerdo que lo llevaría a vender los teléfonos Huawei en EEUU, lo que se hubiese convertido en la primera alianza de su tipo entre un carrier norteamericano y un fabricante de smartphones chino. Un reporte del Congreso de 2012 que alertaba sobre potenciales riesgos a la seguridad nacional debido a iniciativas impulsadas por el gobierno chino de espiar a los EEUU mediante equipamiento hecho por Huawei, sirvió para que AT&T finalmente decidiera retirarse de la asociación comercial.
Los planes de expansión de Huawei en EEUU se vieron duramente afectados desde que se hicieron públicas las denuncias de investigadores del Congreso que determinaron que el equipamiento de origen chino podría ser usado para infiltrar las redes de telecomunicaciones norteamericanas.
Expertos de seguridad e inteligencia con base en Washington rechazan que distintos carriers de EEUU comiencen a vender los teléfonos del fabricante asiático, a pesar de que no existan leyes que lo prohiban.
Miembros del Congreso de los EEUU se reunieron con ejecutivos de AT&T en la capital norteamericana para expresar su preocupación sobre el hecho de que Huawei les ofrecía equipamiento a un valor 70 por ciento inferior al de sus competidores. El director de la Agencia Nacional de Seguridad, Michael Rogers, y el ex director del FBI, James Comey, habrían compartido su descontento sobre el posible acuerdo con miembros del alto management de AT&T, según fuentes cercanas a la negociación.
La feria tecnológica más importante del mundo, CES, que está teniendo lugar en Las Vegas prometía ser el escenario ideal para que el gigante tecnológico chino Huawei anunciara formalmente el inicio de la venta en suelo estadounidense de sus smartphones, mediante el canal de ventas de un carrier nacional de la envergadura de AT&T.
Pero lo que se esperaba que fuera el primer gran paso del demorado desembarco en los EEUU del tercer fabricante mundial de teléfonos móviles, quedó opacado por un inesperado anuncio de último momento de la empresa de telecomunicaciones norteamericana, que confirmó que finalmente no avanzará con lo acordado con la firma asiática.
En un comunicado compartido por Reuters el día martes, Huawei aseguró que el mercado estadounidense representa "grandes desafíos" y que su modelo insignia Mate 10 Pro, que busca competir entre otros contra el iPhone X y el Samsung Galaxy S8, no será vendido directamente en los EEUU por los carriers locales.
En otra declaración hecha al medio tecnológico CNET, Huawei aseguró que lanzaría nuevos productos en los EEUU independientemente de la decisión tomada por AT&T de no ser parte de la estrategia de ventas por medio de su enorme red de puntos de venta en el país del norte. En su lugar, Huawei posiblemente se vea obligado a vender al Mate 10 Pro por medio de canales online que restringirían la capacidad de llegada a millones de potenciales consumidores.
Los chips de desarrollo propio utilizados en los modelos Huawei habrían hecho sonar las alarmas de los reguladores norteamericanos, sobre todo considerando el clima político actual. A diferencia de otros fabricantes chinos que utilizan chips de origen estadounidense, Huawei apuesta por una tecnología propia que le habría costado la aprobación final del acuerdo con AT&T.
Fuentes cercanas a la negociación aseguran que distintos planteos vinculados a la seguridad nacional fueron los responsables de la cancelación del acuerdo. Aparentemente AT&T se habría visto obligada a reconsiderar la iniciativa luego de tomar conocimiento de una carta que la comisión de Inteligencia del Senado y de la Cámara de Representantes de Estados Unidos envió a Comisión Federal de Comunicaciones, en la que se hacía pública la preocupación de que Huawei lanzara un producto mediante un carrier de EEUU.
Hasta el momento, Huawei estuvo autorizado a vender algunos de sus productos en EEUU, pero nunca de la mano de un carrier local. Las relaciones del gobierno de los EEUU con firmas chinas han ganado mayor notoriedad en los últimas semanas, sobre todo luego de que se trabara la venta de MoenyGram a la filial Ant Financial del coloso Alibaba.
En 2012, Huawei se enfrentó a las autoridades norteamericanas luego de que Washington denunciara riesgos a la seguridad nacional alegando que, tanto Huawei como su competidor ZTE, podrían utilizar su equipamiento de redes para filtrar información desde los EEUU a China, algo que ambas compañías negaron según CNBC.
En la actualidad, Huawei tiene sólo un 0,5% de participación en el mercado de teléfonos inteligentes de Estados Unidos, frente a un 39% de Apple y un 18% de Samsung, según datos recolectados por Canalys.
Si se tiene en cuenta que en EEUU las compañías telefónicas tienen control sobre el canal de distribución al ofrecer subsidios y ofertas especiales, el hecho de que Huawei no pueda apalancarse en un acuerdo como el que esperaba llevar adelante con AT&T pone sin lugar en riesgo sus aspiraciones de convertirse en el fabricante número uno de smartphones a nivel mundial.
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