"Es una completa fantasía", "es vergonzoso y risible", "es chismoso", "está lleno de información falsa", "está lleno de mentiras": con esas palabras Sarah Sanders, la vocera del presidente Donald Trump, estableció la posición oficial sobre Fire and Fury: Inside the Trump White House, el libro del periodista Michael Wolff que, aunque iba a llegar al público el 9 de enero pero como con cinco días de anticipación llegó al número 1 en la lista de los más vendidos en Amazon, se adelantó al día 5.
Entre otras revelaciones, Wolff sostuvo que Trump hizo la campaña electoral sin pensar que iba a ganar; que su hija Ivanka —también asesora de la Casa Blanca— lo trata de manera desapegada y aspira a ser ella misma presidenta; que el mandatario no disfrutó de su asunción ni soporta la residencia presidencial; que su ex hombre de confianza Steve Bannon estaba al tanto del RusiaGate y considera que su hijo Donald Trump Jr. cometió "traición".
Aunque asegura que su libro se basa en más de 200 entrevistas con el presidente, su círculo íntimo y los principales nombres de su gobierno, Wolff ha enfrentado escepticismo porque no es la primera vez que su carrera apela al escándalo.
Sus críticos —recordó Paul Farhi en The Washington Post— lo han acusado de "forzar los hechos hasta donde se puede, y a veces más de lo que propios hechos pueden tolerar". Como provocador y polemista ha tenido más éxito que como verificador de datos: "En el pasado la crítica lo ha derribado porque llenaba sus columnas con opiniones y recreaciones imaginativas en lugar de con información real", según el diario de la capital estadounidense.
Mientras los abogados de Trump intentan frenar la distribución del libro, mediante una carta de cese y desestimiento de 10 carillas, en la que intiman al editor a no dañar a su cliente, otras personas discuten su credibilidad. "Históricamente, uno de los problemas de la perspectiva omnisciente de Wolff es que aunque quizá se entere de todo, algunas cosas las comprende mal", escribió David Carr en The New York Times al reseñar la biografía de Rupert Murdoch que Wolff publicó en 2008.
Sus temas siempre han sido controvertidos: los ricos y los poderosos, los medios y el espectáculo. "En parte columnista de chismes, en parte psicoterapeuta, en parte antropólogo cultural, Wolff invita a sus lectores a ser un insecto en la pared del santuario privado de los magnates", escribiro Michelle Cottle en un perfil del periodista —que ganó dos veces el Premio Nacional de Revistas en la categoría de Opinión— publicado en New Republic en 20004.
Fire and Fury: Inside the Trump White House es su libro más polémico hasta la fecha: describe una Casa Blanca disfuncional, dividida por sus luchas internas y comandada por un hombre al que sus colaboradores más cercanos critican con dureza, incluida su hija, quien hasta comenta con ironía su peinado.
Estos extractos, tomados del anticipo publicado por la revista New York y el diario The Guardian, revelan los nueve temas de más impacto en la política de los Estados Unidos:
1. Trump no creía en su victoria: la recibió perplejo, mientras su esposa se desmoronaba
"'Esto es mucho más que lo que alguna vez soñé', le dijo a [Roger] Ailes una semana antes de la elección. 'No pienso en perder, porque no es perder. Ganamos, totalmente'".
"Poco después de las 8 de la noche del día de la elección, cuando la tendencia inesperada —Trump podría ganar, en realidad— parecía confirmada, Donald Trump Jr. le dijo a un amigo que su padre, o DJT, como él lo llama, tenía el aspecto de haber visto un fantasma. Melania lloraba, y no de alegría. En poco más de una hora, según la observación divertida de Steve Bannon, un Trump perplejo se transformó en un Trump incrédulo y luego en un Trump horrorizado. Pero aún faltaba la transformación final: Donald Trump se convirtió en un hombre que creía que merecía ser, y que era completamente capaz de ser, el presidente de Estados Unidos".
2. Trump asumió la presidencia contrariado y mientras se peleaba con su esposa
"Trump no disfrutó de su propia toma de posesión. Estaba enojado por que las personalidades más importantes habían ignorado el evento; lo había contrariado el alojamiento en la Casa Blair y visiblemente se peleaba con su esposa, quien parecía al borde de las lágrimas. A lo largo del día mostró lo que algunos a su alrededor llaman su cara de golf: enfadado y molesto, con los hombros encorvados, los brazos oscilantes, las cejas y los labios fruncidos".
3. La Casa Blanca le resultó un lugar irritante y siniestro, y discutió con el Servicio Secreto y el personal doméstico
"A Trump, en realidad, la Casa Blanca le resultó un lugar irritante e incluso un poco siniestro. Se retiró a su dormitorio: la primera vez desde los Kennedy que una pareja presidencial mantuvo habitaciones separadas. Durante los primeros días pidió dos pantallas de televisión, además de la que ya tenía allí, y una cerradura en la puerta, lo cual precipitó una pequeña disputa con el Servicio Secreto, que insistía en que debía tener acceso a la habitación. Reprendió al personal doméstico por recoger una de sus camisas del suelo: 'Si mi camisa está en el suelo, es porque quiero que esté en el suelo'. Impuso nuevas reglas: nadie tocaba nada, en particular su cepillo de dientes (siempre le había tenido miedo a que lo envenenaran, una de las razones por las que le gustaba comer en McDonald's: nadie sabía que iba y la comida había sido pre-cocidade manera segura)".
4. Ivanka Trump se burló del peinado de su padre delante de terceros
"Ella trataba a su padre con tal grado de desapego, e incluso de ironía, que llegaba a burlarse sobre su peinado ante otros. A sus amigos solía describirles la mecánica con que se sostenía: sobre la coronilla completamente despejada —una isla acotada con cirugía de reducción del cuero cabelludo— y rodeada por un círculo de pelo abundante por los costados y el frente, se unen todos los extremos, hasta que se encuentran en el centro, y luego se barren hacia atrás y se aseguran con spray fijador".
Steve Bannon, el asesor más importante y polémico de Trump por sus posiciones extremistas, hizo declaraciones que le valieron el repudio del mandatario. (AFP)
5. Ivanka y su marido asesoran a Trump porque aspiran a que ella sea la primera presidenta de los Estados Unidos
"En un cálculo de costo y beneficio, tanto Jared como Ivanka decidieron aceptar papeles en el Ala Oeste contra el consejo de casi todo el mundo que los conocía. Fue una decisión conjunta de la pareja y, en cierto sentido, un trabajo conjunto. Habían llegado a un acuerdo sincero: si en algún momento en el futuro se presentaba la oportunidad, ella sería la que buscaría la presidencia. La primera mujer presidenta, se ilusionaba Ivanka, no sería Hillary Clinton: sería Ivanka Trump".
6. Steve Bannon calificó de "traidor" a Donald Trump Jr.
"Que tres tipos importantes en la campaña [Donald Trump Jr., Jared Kushner y Paul Manafort] pensaran que era una buena idea encontrarse con un gobierno extranjero [la abogada Natalia Veselnitskaya y otros rusos] dentro de la Trump Tower, en la sala de conferencias del piso 25, sin abogados —que no llevaran abogados en absoluto—; incluso si uno piensa que eso no era cometer traición, o ser antipatriota, o hacer algo malo, y yo pienso que fue todas esas cosas, uno tendría que haber llamado al FBI de inmediato".
"Las probabilidades de que Don Jr. no llevase a esos borrachos a la oficina de su padre en el piso 26 son de cero".
"A Donald Trump Jr. lo van a hacer pedazos en la televisión nacional".
7. Según Katie Walsh, la ex vicejefa de Gabinete de la Casa Blanca, Trump es impulsivo y la presidencia no tiene prioridades
"Con frecuencia mostraba seguridad, pero con la misma frecuencia se veía paralizado, menos un sabio que una figura balbuceante con inseguridades peligrosas, cuya respuesta primaria consistía en atacar y comportarse como si su instinto, aunque confuso, fuera en realidad una voz clara y poderosa que le indicara que hacer. Era, dijo Walsh, 'como tratar de adivinar qué quiere un niño'".
"A comienzos de marzo, poco antes de que renunciara, ella confrontó a con un pedido sencillo: 'Sólo indíqueme las tres cosas en las que el presidente se quiere concentrar', le dijo. '¿Cuáles son las tres prioridades de esta Casa Blanca?'. Era la pregunta más básica que se podía imaginar, una que cualquier candidato presidencial calificado hubiera respondido antes de fijar su domicilio en el 1600 de la Avenida Pennsylvania. Tras seis semanas de gobierno, Kushner seguía completamente carente de respuesta. 'Sí', le dijo a Walsh. 'Probablemente tendríamos que hablar de eso'".
8. Trump admira al empresario de medios Rupert Murdoch, dueño de FOX News, pero Murdoch lo desprecia
"Trump se la pasaba mirando al reloj. Rupert Murdoch, quien había prometido que visitaría al presidente electo, se demoraba. Cuando algunos de los invitados señalaron que se iban, Trump, cada vez más inquieto, les aseguró que Rupert ya estaba en camino. 'Es uno de los grandes, el último de los grandes', dijo Trump. 'Tienen que quedarse para verlo'. Sin comprender que ahora él era el hombre más poderoso del mundo, Trump todavía se esforzaba por ganarse el favor de un magnante de los medios que siempre lo había despreciado como un charlatán y un tonto".
[Al cortar una llamada telefónica con Trump.] "Qué pedazo de idiota", dijo Murdoch, y se encogió de hombros.
9. Michael Flynn (el ex asesor de Seguridad Nacional, quien reconoció haber mentido en la investigación del Departamento de Justicia) sabía de los lazos con Rusia y su potencial conflictividad
"Casi todos en el equipo de Trump, en realidad, llegaron con la clase de embrollos que sólo pueden perjudicar a un presidente una vez en el cargo. Sus amigos le habían dicho a Michael Flynn […] que no había sido una buena idea aceptar USD 45.000 de los rusos por dar un discurso. 'Bueno, sólo sería un problema si ganásemos', los tranquilizó".
LEA MÁS: