El presidente de EEUU, Donald Trump, revelará este miércoles si reconoce a Jerusalén como capital de Israel y si traslada allí la embajada estadounidense, un anuncio que tiene a la región en vilo y que puede echar por tierra cualquier perspectiva de un proceso de paz mediado por Washington.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, adelantó en su conferencia de prensa diaria que Trump hará este miércoles un anuncio sobre la posición estadounidense respecto a Jerusalén, aunque no quiso adelantar detalles. "El presidente tomará la que sienta que es la mejor decisión para Estados Unidos", dijo a Sanders en una conferencia de prensa.
Trump habló este martes con cinco líderes de la región para comunicarles su decisión: el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu; el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás; el rey Abdalá II de Jordania; el presidente de Egipto, Abdelfatah Al Sisi; y el rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdelaziz.
La Casa Blanca se limitó a indicar, en un comunicado, que Trump había hablado con ellos sobre "posibles decisiones respecto a Jerusalén", además de expresarles su "compromiso de impulsar las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos" y subrayar la importancia de la "cooperación" regional para apoyar ese proceso.
Al menos en sus llamadas con Abás, Al Sisi y el rey Abdalá, Trump expresó su intención de trasladar de Tel Aviv a Jerusalén la embajada estadounidense en Israel, según las oficinas de esos tres líderes.
Tanto ellos como el rey saudita manifestaron su preocupación por la posible medida, que rompería el consenso de la comunidad internacional sobre el estatus de Jerusalén.
Ayer, la Casa Blanca anunció que Trump se saltaría la fecha límite para decidir sobre el eventual traslado de la embajada, tras 48 horas frenéticas de advertencias públicas por parte de los aliados y conversaciones telefónicas privadas con líderes mundiales.
Funcionarios estadounidenses, consultados por el diario The New York Times, dijeron que mudar la embajada puede que no ocurra de forma inmediata por cuestiones logísticas. Por este motivo, el presidente Trump autorizaría al cuerpo diplomático permanecer otros seis meses más en Tel Aviv mientras encuentran un lugar para la embajada.
Incluso, se ha llegado a sugerir no trasladar la legación estadounidense, pero sí reconocer a Jerusalén como capital del Estado hebreo.
Israel reclama la ciudad entera como su capital indivisible, mientras que los palestinos aspiran a que el este de la ciudad sea la capital de su futuro Estado. El estatus de Jerusalén se encuentra entre los problemas más difíciles a resolver en el conflicto palestino-israelí.
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