Los vecinos de Michigan se prepararon para despedir al legendario estadio Silverdome, que fue la casa de los Detroit Lions de la liga de fútbol americano, donde también jugaron los Pistons de la NBA y se disputaron partidos del Mundial de Fútbol de 1994.
Como suele ocurrir, su derrumbe se realizaría mediante una implosión controlada a distancia. Este domingo por la mañana, a la hora indicada, con los canales de TV transmitiendo en vivo, se escucharon las explosiones en el interior del legendario estadio, bocanadas de humo afloraron entre sus columnas… y nada más pasó. El estadio permaneció en pie.
Responsables de la constructora Adamo, a cargo de la demolición, reconocieron que hubo una falla en el cableado y un 10% de los explosivos fallaron. Por eso, no todas las columnas de acero llegaron a quebrarse para que el piso superior colapsara sobre el inferior, como era la intención. Pero dijeron que la mayoría quedaron debilitadas, y que el derrumbe podría producirse por fuerza de la gravedad "en cualquier momento".
Desde la constructora contaron, además, que el viernes a la noche algunas personas se colaron en el estadio y que, cuando los encargados de la seguridad salieron a buscarlas, huyeron. "Es posible que al escapar corriendo tiraron algún cable y dejaron algunos explosivos desconectados".
Por estas horas, los encargados del operativo evalúan si volver a cargar explosivos sobre las columnas que permanecen en pie o avanzar directamente con excavadoras. Eso, claro, si no se caen solas.
LEA MÁS: