El 19 de abril de 2015 Salahuddin Jitmoud había salido como todas las noches a entregar una pizza a una casa en Lexington, Kentucky. Solo le faltaba una entrega más para terminar su día laboral. Jamás imaginó lo que le ocurriría. Allí fue apuñalado y robado por un grupos de jóvenes. El repartidor musulmán murió en el acto.
Dos años y medio después, el martes Trey Relford, pasado uno de los responsables, fue sentenciado a 31 años de prisión. El juicio estuvo cargado de emoción gracias a la sorprendente, y emotiva, reacción del doctor Abdul-Munim Sombat Jitmoud, padre del joven asesinado.
Durante la audiencia recordó a su hijo como un joven "tierno, generoso y tímido" a quien le gustaba "el rap, la escritura y la producción".
Al final de su discurso, Abdul-Munim sorprendió y conmovió a todos.
Se dirigió al asesino de su hijo y le dijo que no lo culpaba por lo sucedido: "Estoy enojado con el diablo que te engañó para que cometieras ese crimen".
Le manifestó, además, que para él era importante perdonarlo "porque el perdón es el mejor regalo de la caridad en el Islam".
El emotivo mensaje del doctor conmovió incluso a la jueza.
Luego de un receso, se reanudó la audiencia, y la madre de Relford subió al estrado. Contó que su hijo había tenido "una gran infancia", pero lamentó que en la adolescencia cayera en la droga. Ella también tuvo palabras para el padre de Salahuddin: "Asumo total responsabilidad por la pérdida de tu hermoso hijo. Estoy muy apenada por tu pérdida y sorprendida de tu perdón".
Antes de cerrar el juicio, el asesino tomó la palabra, visiblemente conmovido y casi entre lágrimas: "Lo siento por lo que sucedió ese día. No me puedo imaginar tu dolor. No hay nada que pueda hacer… Te agradezco tu perdón".
Inmediatamente Abdul-Munim fue a estrechar la mano de Relford y terminaron dándose un abrazo, al que se unió la familia del asesino.
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