Al ser preguntado por un periodista durante una reunión con su gabinete en la Casa Blanca, Trump dijo que "definitivamente" piensa evaluar el traslado de Saipov a Guantánamo, la cárcel situada en la base estadounidense en Cuba que su predecesor, el ex presidente Barack Obama, intentó cerrar sin éxito.
"¿Enviarlo (al sospechoso) a Guantánamo? Definitivamente lo consideraría", comentó el presidente, quien calificó de "animal" al terrorista.
En el atentado, que consistió en un atropello múltiple y que es considerado el peor ocurrido en Nueva York desde los ataques del 11 de septiembre de 2001, murieron ocho personas, cinco de ellas de nacionalidad argentina, y doce más resultaron heridas.
Saipov, herido por disparos de un policía y bajo vigilancia ahora en un hospital de Nueva York, llevaba varias semanas preparando el ataque y siguió "exactamente" instrucciones del grupo yihadista Estado Islámico, según detallaron hoy en una rueda de prensa las autoridades de Nueva York.
El ex presidente Obama (2009-2017) prometió cerrar Guantánamo nada más llegar al poder y, aunque no pudo cumplir su promesa, consiguió reducir la población carcelaria de 242 a 41 presos con la transferencia de casi dos centenares de individuos a terceros países.
Durante la campaña electoral, Trump se mostró contrario a las liberaciones de presos y, además, prometió mantener y ampliar esa cárcel para llenarla, en sus palabras, de "tipos malos".
La cárcel de Guantánamo llegó a albergar a 800 presos poco después de su apertura, ordenada por el entonces presidente estadounidense, George W. Bush (2001-2009), tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Mientras, los senadores republicanos John McCain y Lindsey Graham urgieron al Gobierno de Trump a que el sospechoso del atentado en Nueva York sea tratado, "retenido e interrogado" como un "combatiente enemigo", sin que le sean leídos sus derechos básicos, conocidos como "Miranda Rights".
En un comunicado, McCain enfatizó que ataques terroristas como el de Nueva York y los ocurridos en los últimos años en lugares como San Bernardino (California) y Boston deben ser considerados "actos de guerra" contra los EEUU.
(Con información de EFE)
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