La depresión post-parto (DPP), que afecta a 1 de cada 9 mujeres que tienen un bebé, puede depender de factores tan indirectos como el momento del año. Según un estudio del Brigham and Women's Hospital (BWH) de Boston, afiliado a la Universidad de Harvard, el verano y el otoño son las estaciones con mayor riesgo.
Otros factores que destacaron el equipo que encabezó el médico Jie Zhou fueron el parto sin anestesia, como factor agravante, y una gestación completa, como atenuante.
Según publicó la Asociación Nacional de Anestesiólogos (ASA) de los Estados Unidos, en cuya reunión anual se presentó el trabajo del médico Jie Zhou, estos elementos se suman a otros que se conocen como detonantes o contribuyentes al cuadro: estrés, parto adelantado, complicaciones durante el embarazo o el nacimiento y, desde luego, antecedentes de depresión.
Al analizar las historias clínicas de 20.169 mujeres que dieron a luz entre junio de 2015 y agosto de 2017, los investigadores del BWH encontraron que 817 desarrollaron DPP. No se trata de un poco de tristeza: son sentimientos intensos de angustia, depresión y fatiga que pueden dañar mucho la salud de la madre y su vínculo con el bebé, además de afectar el cuidado del recién nacido.
Al observar que el riesgo de DPP era más bajo entre las mujeres que habían tenido a sus bebés en primavera y en invierno, en comparación con las que los habían tenido en otoño y verano, Zhou se sorprendió: hubiera esperado que el mejor clima contribuyera al bienestar familiar.
Aunque suene ilógica, la hipótesis del equipo se basa precisamente en las duras condiciones del invierno en Boston. Las flamantes madres desarrollaron más actividades con el bebé dentro de la casa con más ayuda de la familia, lo cual implicó mayor apoyo psicológico. En cambio, durante el verano, cuando la gente tiene más actividades sociales, las mujeres se sintieron más encerradas en la casa, y abandonadas.
Según Medical News Today, el análisis de datos también reveló que las mujeres que no recibieron una epidural ni otra forma de anestesia durante el parto también presentaron mayor número de casos de DPP que las demás. En su opinión, el mayor dolor les dejó esa marca.
Tampoco sorprendió a los investigadores que aquellas madres que tuvieron partos a término presentaran menor incidencia de DPP: "Se supone que la mamá va a estar mentalmente menos estresada si da a luz un bebé maduro", explicó Zhou.
También el peso resultó un factor (las mujeres con índices de masa corporal más altos tendían más a sufrir DPP) y el origen étnico, que tiene "una explicación en las diferencias de estatus socioeconómico", según Zhou.
La importancia de la investigación, destacó el médico, es que señala "algunos de los factores de riesgo de DPP que se pueden prevenir, lo cual puede ayudar a que las mujeres reduzcan el peligro de sufrir este desasosiego".
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