El delincuente estaba en el baño de una oficina ubicada en el segundo piso del edificio. Desde la ventana, se podía ver una tienda que estaba dos pisos más abajo. En ese momento, se encontraba cerrada.
Confiado en que no le pasaría nada si saltaba, el ladrón atravesó la ventana y se tiró. La caída fue muy dura. Se rompió una pierna y varios dientes.
Sin embargo, eso no lo desmotivó para perpetrar el robo. Tras pasar cerca de una hora en la tienda, salió con un sombrero valuado en 32 dólares. Su escape —saltando en una pierna— quedó registrado por una cámara ubicada en la primera planta del edificio.
Increíblemente, pasó por delante del guardia del complejo situado en el centro de Los Ángeles, pero éste no lo detuvo ni llamó a la Policía. Por algún motivo, no le resultó sospechosa su presencia.
Quien denunció el robo fue el dueño del local, Victor Perez. "Si alguien sabe quién es este hombre, por favor identifíquelo", escribió en su página de Facebook.
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