En solo tres años, 1 de cada 5 personas en los Estados Unidos tendrá 65 años o más, y el 90% de ellas quiere vivir en su casa, no en una institución. Eso plantea un problema para los 45 millones de hijos que tendrán que cuidar de 117 millones de adultos mayores. Y también abre un mercado de alrededor de USD 50.000 millones.
La empresa Best Buy comenzó un experimento en Minneapolis y Denver para sumarse al monitoreo geriátrico a distancia que ya ofrecen Grand Care o Silver Mother. Su nuevo servicio, Assured Living (Vida asegurada), es una casa inteligente que "utiliza sensores no invasivos y notificaciones para informar a los seres queridos sobre las actividades diarias de la persona mayor, como sus movimientos y sus patrones de sueño".
En sus celulares, los hijos podrán ver en una aplicación si los ancianos echaron llave a la puerta antes de ir a dormir, si tomaron sus medicaciones, si se mantuvieron activos, si descansaron la cantidad adecuada de horas. Y en sus casas, las personas mayores podrán contar con tecnología para encender las luces, atender el timbre o ajustar la temperatura con una orden de voz.
El servicio de monitoreo geriátrico tiene un costo de USD 29 por mes, mientras que los dispositivos que se pueden colocar en la casa van desde los USD 389,96 a los miles de dólares, además de los USD 199 de la instalación.
"Google, Microsoft y Samsung intentan captar el mercado de la casa inteligente con equipos en red, como cámaras de seguridad y termostatos que se pueden manejar con la voz o los teléfonos", contextualizó Bloomberg Bussinessweek. "Amazon ya ha presentado un programa de instalación de smart-home en varias ciudades de la Costa Oeste (de los Estados Unidos). Todos estos sistemas se podrían adaptar fácilmente para vigilar a los ancianos".
El problema es que ninguna de esas empresas, como tampoco Best Buy, tiene experiencia en salud o geriatría. Eso comenzó la polémica, que se avivó cuando una serie de start-ups se lanzaron a conquistar ese gran negocio solamente con base en la la tecnología. Y fracasaron.
Best Buy asegura que prestó atención a esa enseñanza: por un lado, descartó los wearables y las cámaras y, por otro lado, se asoció con la empresa de seguros de salud UnitedHealth Group, que le brindó conocimientos en el área del cuidado de las personas mayores y agregó servicios al paquete, como nutricionistas y fisioterapeutas.
Por ejemplo, se estableció una capacitación especial en demencia senil para los asesores de cuidado geriátrico que van a los hogares a evaluar qué dispositivos podría utilizar la persona para hacer que su casa sea un smart-home comunicado con la app en los teléfonos de sus familiares. Las instalaciones está a cargo del equipo Geed Squad de Best Buy.
La Asociación Nacional de Jubilados de los Estados Unidos (AARP) estima que en 2021 los hijos gastarán un promedio de USD 509 por cada persona mayor a la que cuidan, un 69% por ciento más que en 2016. Además, la economía pierde en su conjunto USD 522.000 millones porque se trata de personas en edad laboral que deben dejar de trabajar para brindar cuidados.
La tarea, que se percibe a la vez como necesaria y obligatoria, se podría beneficiar de la tecnología: según la AARP, 3 de cada 4 personas quisieran recurrir a ayudas como la casa inteligente para cuidar a sus padres, aunque solo el 7% lo hace actualmente.
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