El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, dijo este martes que el número de fallecidos a consecuencia del paso del huracán María por la isla pasó de 16 a 34.
En una conferencia de prensa, Rosselló indicó que 19 están directamente relacionadas con el ciclón y 15 en eventos relacionados con el mismo.
A su vez, evaluó que los daños materiales que ha ocasionado son de alrededor USD 90.000 millones.
Además Rosselló se refirió a la visita este martes a Puerto Rico del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, e indicó que le insistió la importancia que tiene para el proceso de recuperación de la isla, el restablecimiento de la energía eléctrica en la isla.
De acuerdo a los últimos datos oficiales difundidos por la administración Rosselló, alrededor de un 6 por ciento de los abonados de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), tiene electricidad.
A preguntas de los periodistas sobre las declaraciones del presidente Trump y algunos de sus gestos como el realizado en un acto celebrado en una iglesia evangélica en Guaynabo, cerca de San Juan, donde se le pudo ver lanzando rollos de papel de cocina, Rosselló dijo: "No voy a comentar sobre las óptica" del viaje.
Por último, en el día del martes, la Junta de Supervisión Fiscal para Puerto Rico, aprobada por Estados Unidos, dijo que atender la crisis humanitaria "de manera inmediata y proveer los fondos necesarios para reconstruir la infraestructura crítica son un primer paso esencial para poner a la isla de pie nuevamente".
En reuniones con oficiales de la administración y miembros destacados del Congreso federal, la Junta se ha unido al gobernador en solicitar exenciones en los pagos de gastos compartidos, eliminar límites de fondos, aumentar la asistencia financiera, y más importante aún, ofrecer respuestas rápidas a las solicitudes de Rosselló, reveló en un comunicado el presidente de la Junta, José Carrión.
"Puerto Rico necesita urgentemente recursos de manera inmediata para esfuerzos de emergencia y servicios esenciales y fondos a más largo plazo para reconstruir la infraestructura. Estos son dos componentes críticos para la recuperación tras el huracán, especialmente considerando la situación fiscal precaria de la isla", concluyó Carrión.
Trump no pudo dejar atrás la polémica en su viaje a Puerto Rico, donde fue testigo de la devastación causada el pasado septiembre por el huracán María, al que el mandatario restó importancia por el bajo número de víctimas y por no tratarse de "una catástrofe real".
"Si miras una catástrofe real como el Katrina (…), cientos y cientos y cientos de personas que murieron, y miras lo que ha pasado aquí, con una tormenta que realmente fue abrumadora", declaró Trump a su llegada a la base aérea Luis Muñiz de San Juan en referencia al ciclón que azotó Nueva Orleans en 2005 y que dejó más de 1.800 muertos.
El viaje del presidente de Estados Unidos se ha visto envuelto en la polémica desde antes incluso de ser concebido puesto que, a diferencia de lo sucedido en Houston, ciudad a la que se acercó apenas un par de días después del paso del huracán Harvey, Trump ha tardado casi tres semanas en venir a Puerto Rico.
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