El atacante que mató a 59 personas y dejó más de 500 heridos al abrir fuego contra los asistentes a un concierto en Las Vegas, era "un enfermo, un demente", aseguró este martes el presidente estadounidense, Donald Trump.
"Era un hombre enfermo. Un hombre demente, con muchos problemas, me imagino", dijo Trump sobre Stephen Paddock, de 64 años y quien se suicidó en su habitación de hotel tras cometer el domingo la masacre más sangrienta en la historia reciente de los Estados Unidos.
El presidente reiteró, momentos antes de partir hacia Puerto Rico, que se trata de "un individuo muy, muy enfermo", y aseguró que están investigando su perfil "con mucha seriedad". El mandatario tiene planeado visitar Las Vegas este miércoles para reunirse con heridos en la masacre y familiares de las víctimas.
El presidente prefirió centrarse en defender la actuación de la Policía, un mensaje frecuente en él, y calificó como "milagro" su "rápida respuesta" al incidente. Además, no hizo referencia a las numerosos fusiles que tenía Paddock en su poder, cambiando la habitual respuesta que tenía su antecesor, Barack Obama, ante cada tiroteo en suelo estadounidense, ya que pedía un mayor control en la venta de armas.
Los investigadores todavía buscan conocer los motivos que llevaron al contador público jubilado, de 64 años, a cometer la mayor masacre desde el atentado a las Torres Gemelas, con un saldo de 59 muertos y más de 500 heridos.
El FBI aseguró que, según sus investigaciones, Paddock no mantenía ningún vínculo con organizaciones terroristas, desmintiendo así una reivindicación lanzada por el grupo Estado Islámico.
Además, el sujeto no contaba con antecedentes penales, y su familia, con total sorpresa, lo describe como un sujeto "tranquilo y normal".
En tanto, el sheriff local, Joseph Lombardo, describió al atacante como un "psicópata" solitario, que se suicidó antes de que un equipo de asalto (SWAT) entrara a la habitación del hotel donde se hospedaba desde el 28 de septiembre.
(Con información de AFP)
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