"Debo regresar a Vietnam a luchar". Eso repetía en las últimas semanas Lawrence Silk, un veterano de guerra norteamericano que sirvió tres años en el Escuadrón de Ingeniería de la Fuerza Aérea en aquel país del sudeste asiático durante el conflicto bélico. Con 84 años y severos problemas, Lawrence rememora solo sus peores pesadillas. Y sufre demasiado: cree que debe regresar a esa jungla inhóspita de Vietnam y revive cada uno de los tormentosos momentos que padeció allí, lejos de su casa.
Su hija Julie comenzó a preocuparse. Vio en pocas semanas que el deterioro mental de su padre -producto de una demencia avanzada- comenzaba a perseguirlo. Repetía que el Pentágono necesitaba de su rifle y su uniforme… y sus deberes como soldado. La angustia se apoderó de su hija, quien buscó ayuda. Su marido, Kenny Dunn, ideó un plan: contactar a alguien de su mismo escuadrón que pudiera tranquilizarlo.
Escribieron la historia en el muro de Facebook de una institución dedicada a la ayuda de ex combatientes. "Está constantemente perseguido por su necesidad de deber, por eso buscamos un militar en actividad o retirado que voluntariamente lo visite -de uniforme- y que le diga que su responsabilidad con su país ha concluido". Incluso, pedían si esa alma solidaria podría presentarse con un certificado así podrían tomarle fotografías y mostrárselas cada vez que perdiera la memoria o fuera víctima de esa pesadilla, según indicó The Veterans Site.
Pero de inmediato un teniente coronel retirado se hizo presente. Pertenecía al mismo escuadrón que Lawrence y decidió dar una mano al antiguo camarada en armas. Allí, de impecable uniforme tocó la puerta del centro en el que está internado y se presentó: Andy LaFrazia. Llevaba consigo una carpeta azul. En su interior, un certificado. Decía que ya había cumplido con sus deberes con la patria, y que esta se lo agradecía. El sufrido veterano se emocionó.
"Queremos agradecer al teniente coronel Andy LaFrazia por venir a visitar a nuestro padre. Esperamos que sus lindas palabras y su mensaje ayuden a recordarle a él que sus funciones concluyeron", indicó Julie. El mensaje de la mujer continuó: "Cuando uno de nuestros seres amados pierde su memoria en el crepúsculo de su vida, lo máximo que podemos hacer con él es reconfortarlo y darle dignidad", concluyó.
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