Mucho se ha hablado en los últimos meses sobre el potencial efecto del auge de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y la nueva generación de robots avanzados sobre los puestos de trabajo hasta ahora llevados adelante casi exclusivamente por seres humanos.
Mientras algunos expertos aseguran que no hay nada que temer y que a final de cuentas los avances que están teniendo lugar llevarán a la creación de más empleos y riqueza a nivel mundial, aquellos más pesimistas – o tal vez realistas – como el fundador de Alibaba Jack Ma y el CEO de Tesla Motors Elon Musk, han cuestionado públicamente la falta de regulación en lo que respecta al imparable avance de la inteligencia artificial en nuestro día a día.
Un reporte recientemente compartido por el gobierno de los EEUU se inclina más por lo segundo, al afirmar que los vehículos autónomos que podrán operar en el corto plazo al cien por ciento sin depender de los comandos de un conductor, tienen el potencial de dar nueva forma a una gran variedad de ocupaciones.
Más específicamente, fueron los representantes del Departamento de Comercio los que aseguraron que uno de cada nueve empleos en los EEUU, entre los que se destacan los 3.8 millones de personas que se dedican a conducir taxis, camiones y ambulancias, u otros 11.7 millones que deben manejar un vehículo para hacer su trabajo – como aquellos que brindan servicios de cuidados personales, personal de la policía, agentes de bienes raíces y hasta plomeros – podrían verse afectados directamente por la masificación de nuevas tecnologías.
En total, alrededor del 11.3 por ciento de la fuerza laboral de los EEUU – basado en datos de 2015 – se verá afectada de una manera u otra, cuando cámaras, sensores y láseres comiencen a reemplazar de forma significativa a humanos tras el volante.
Fabricantes automotrices tradicionales como Ford Motor Co. y General Motors Co. se han visto obligados a sumarse a la tendencia liderada por las grandes compañías tecnológicas de Silicon Valley – entre las que se encuentran Apple Inc. y Alphabet Inc. – para ser los primeros en poner en las calles y a un precio accesible para la mayoría, los primeros vehículos completamente autónomos aprobados por organismos federales para operar sin conductor.
Si bien a la fecha, Tesla Motors lidera ampliamente la industria al equipar a todos sus modelos con el hardware necesario para – en el caso de que su comprador seleccione y pague por las opciones requeridas – poder operar el vehículo de manera completamente autónoma, varios accidentes han obligado al fabricante a recordar que – al menos bajo los ojos de la ley – los afortunados conductores de sus automóviles deben permanecer atentos y con las manos al volante en todo momento, aun con el sistema de piloto automático activado.
El reporte presentado pone el foco en aquellos conductores de camiones destinados al transporte de cargas así como en los choferes de buses, quienes serían los primeros en ser afectados por la llegada de remolques y autobuses autónomos que no requerirán de humanos al mando. Los economistas afirman que estos "tendrán dificultades de encontrar empleos alternativos" si sus trabajos actuales desaparecen por completo.
El panorama sería menos oscuro para aquellos que sólo deben manejar para hacer parte de sus trabajos, como los electricistas y repartidores. "Estos trabajadores seguramente puedan adaptarse a la llegada masiva de los vehículos autónomos", asegura el reporte.
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