La escena, registrada el pasado lunes, era tan impactante que los vecinos del barrio de Irving Park, en Chicago, comenzaron a filmar con sus celulares. Tras cortarse su propio pene, uno hombre empezó a insultarlos.
Estaba desnudo y cubierto de sangre en la entrepierna. También estaba muy drogado y parecía delirar. Tenía las manos sobre una reja, detrás de la cual se protegían las personas que lo miraban.
En ese momento apareció una patrulla policial. Al ver a una oficial, el hombre arremetió contra ella. Antes de que pudiera tocarla, la agente le disparó con su pistola taser.
La descarga lo arrojó al suelo. Pero se levantó y amenazó a otro policía que había acudido para contenerlo. Entonces recibió un segundo choque eléctrico, que lo dejó definitivamente tumbado.
El hombre fue luego trasladado a un hospital, donde permanece internado. Probablemente sea derivado a un centro neuropsiquiátrico.
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