Entre las tantas historias que guarda el Waldorf Astoria, uno de los hoteles más antiguos y célebres de Nueva York, hay una que no fue tan contada: la de los detectives que el hotel contrataba para proteger a sus exigentes huéspedes, evitar crímenes y estafas y reencontrar sus objetos perdidos.
La actividad de esos detectives -en muchos casos, verdaderos personajes de película- se puede leer hoy en los documentos del hotel guardados en la Biblioteca Pública de Nueva York, contó el sitio Slate.
Los detectives anotaban todas sus actividades en un archivo conocido como el Libro negro. Este registro fue actualizado desde 1902 hasta 1929, cuando el hotel, que entonces se llamaba solamente Waldorf, fue cerrado para dejar lugar al Empire State Building, antes de ser reconstruido -con el nombre de Waldorf Astoria- en su ubicación actual, en Park Avenue y Lexington.
Pero muchas de las hazañas de esos detectives eran contadas también por los diarios de la época. En una nota del agosto de 1901 titulada "Salvado por el hombre de confianza", el New York Times relataba, por ejemplo, el caso de un hombre del medio oeste norteamericano llamado en la nota como el "venerable occidental" que estaba a punto de ser estafado en el hall del hotel hasta que los detectives intervinieron. Según se lee en el informe, el hombre fue reconocido por el detective Joe Smith -uno de los detectives más famosos–, quien ya lo había visto estafar a otras personas en Londres.
Otro caso contado por el Times es el de un hombre que estaba sentado en la Sala roja y usaba el papel para cartas del Waldorf para responder a los anuncios de trabajo, haciéndose pasar por un residente del hotel y esperando, así, aumentar sus chances de conseguir un puesto. Pero un detective lo vio y lo echó del hotel.
Aunque las tareas de los detectives no se limitaban a la seguridad, entre sus obligaciones estaba también cuidar el decoro del hotel y la moral de los huéspedes, despidiendo a aquellos que tenían comportamientos considerados poco honrados, como el hecho de "llevarse una mujer a la habitación".
La presencia de los detectives tenía, por otro lado, una razón vinculada a un concepto distinto de viaje que se tenía en los primeros años del siglo XX. Como no existían los aviones, y los viajes llevaban mucho más tiempo, era normal que los huéspedes pernoctaran más días en los hoteles.
Esa presencia en un sólo lugar de tanta gente adinerada atraía a los ladrones y estafadores: los detectives tenían que reconocerlos y echarlos o controlar a los nuevos por si hacían algo sospechoso.
Algunos huéspedes se quedaban varias semanas, otros incluso eran fijos y era bastante común que durante su estadía se olvidaran en el hall y en el comedor joyas, bufandas y bolsos valiosos.
Eso fue lo que le ocurrió, cuenta el New York Times en una nota de 1912, a la esposa de Hiram Johnson, entonces candidato a la vicepresidencia de los Estados Unidos. La mujer perdió un broche de diamante en el ascensor, pero los detectives lo encontraron y se lo devolvieron tres horas después.
El icónico hotel Waldorf Astoria de Nueva York fue comprado por la firma china Anbang Insurance Group y cerró sus puertas el 1 de marzo de 2016, con el objetivo de emprender una ambiciosa tarea de restauración que durará dos años.
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