De mantenerse el ritmo de llegada actual de inmigrantes, la fuerza laboral (la población con edad de entre 25 y 64 años), pasaría de los 173 millones actuales a 183,2 millones en 2035.
Si se resta el componente de inmigrantes, la cifra sería de 165,6 millones, señaló el informe de Pew, que analiza la evolución e influencia de la inmigración en la fuerza laboral.
"El mayor componente de los adultos en edad de trabajar -aquellos nacidos en EEUU cuyos padres también nacieron en los EEUU- se proyecta que decline entre 2015 y 2035, tanto en número total como en porcentaje del total", subrayó.
En concreto, se reducirían de 128,3 millones a 120,1 millones en 2035, lo que supone pasar de representar el 74% del total al 66% en 2035.
Por su parte, los estadounidenses nacidos de padres inmigrantes crecerán del 6% al 13% en el mismo período, y los inmigrantes llegados a los EEUU pasarán del 20% en 2015 al 21% en 2035.
"A medida que la generación de los baby boomers (nacidos entre 1945 y 1965) se encamina a la jubilación, el alza en la fuerza laboral potencial se reducirá de manera marcada, y los inmigrantes ocuparán este papel primordial en el futuro de su crecimiento", agregó.
La tasa de crecimiento de la fuerza laboral será en las próximas dos décadas del 0,3 % anual, menos de la mitad del 0,8% anual de media en las décadas previas desde 1965.
El Pew, que analiza los datos del censo, estima que el número de inmigrantes en edad de trabajar pase de 33,9 millones a 38,5 millones en las próximas dos décadas.
Esa cifra asume la tasa actual de que dos tercios de los inmigrantes que llegan al país se encuentran en el rango de edad de entre 25 y 64 años.
La cuestión migratoria se ha convertido en uno de los principales elementos de la agenda del presidente Donald Trump, que ha prometido frenar el flujo migratorio para impulsar los empleos domésticos dentro de su lema "Compren productos estadounidenses, contraten estadounidenses".
Numerosos economistas han afirmado que la economía del país necesita de la llegada de inmigrantes para mantener su ritmo de crecimiento, especialmente en un momento de baja productividad y ante el envejecimiento demográfico previsto.
La propia presidente de la Reserva Federal, Janet Yellen, defendió la pasada semana los beneficios de la inmigración.
"El crecimiento de la fuerza laboral ha estado ralentizándose en los EEUU. Es una de las razones junto con la menor productividad para que la economía haya crecido a un ritmo bajo", apuntó Yellen en su comparecencia en el Senado el pasado mes.
En este sentido, subrayó que "la inmigración es una importante fuente de crecimiento de la fuerza laboral", por lo que "reducir el ritmo de llegada de inmigrantes probablemente frenaría la tasa de crecimiento de la economía".
El informe del Pew apunta también que los inmigrantes serán el motor primordial de crecimiento demográfico hasta 2065, ya que ellos más sus hijos representarán el 88% de este crecimiento, de mantenerse las tendencias actuales.
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