Parecía algo gracioso. Una niña de tres años subida a un excusado. La cabeza de los pequeños suele sorprender. Fue por ese motivo que Stacey Wehrman Feeley, de Michigan, decidió capturar el momento con su cámara fotográfica de lo que suponía ser un momento "gracioso" en la vida de su hija.
Sin embargo, cuando le reveló qué era lo que estaba haciendo, le partió el corazón. En realidad, la niña estaba "practicando". Era una práctica dura, durísima. Se estaba preparando ante la posibilidad de que en su colegio ocurriera un tiroteo. Que un hombre armado con rifles de asalto y pistolas de gran calibre irrumpiera en el establecimiento y cometiera un asesinato masivo.
Sus maestras le explicaron que debía hacer eso si había un encierro en la institución y se encontraba en el baño. Debía pararse sobre el retrete y esperar por ayuda.
"Tomé esta foto porque al principio pensé que era gracioso", relató Feeley en su muro de Facebook. Sin embargo, el relato daría un vuelco total cuando su hija le respondió lo que hacía allí. "Políticos, miren. Ésta podría ser tu hija, tu nieta, tu bisnieta y las futuras generaciones por venir", indicó la mujer. "Tiene apenas 3 años y se esconde tras las paredes del baño de pie en la parte superior de los inodoros, tratando de permanecer en silencio por un período tan prolongado de tiempo y tratando de mantener el equilibrio", escribió.
Feeley está indignada por la permisividad con que delincuentes y terroristas pueden adquirir armas de todo tipo. "Nadie piensa que el control de armas será el 100 por ciento eficaz contra la delincuencia. Pero quizá, sólo quizás, ayude en un 1 por ciento, en un 2 por ciento, en un 50 por ciento", subrayó.
En lugar de enviársela a su marido, Stacey decidió compartir la imagen de su hija con sus contactos de Facebook. En pocos días consiguió miles de likes y fue compartida otras tantas veces. Lo que parecía divertido terminó siendo un llamado de conciencia.