La consolidación de Donald Trump, un multimillonario sin experiencia en la función pública, como candidato presidencial republicano, todavía sorprende al mundo, pero no es un fenómeno nuevo en Estados Unidos. Desde Zachary Taylor hasta Ronald Reagan, el país tiene historia en abrirle las puertas de la Casa Blanca a quienes no son parte de la clase política.
La finalización de las primarias republicanas dejaron a Trump con los delegados suficientes para quedarse con la candidatura presidencial en la convención republicana del mes próximo en Cleveland. El magnate de la construcción, un outsider de la política que provocó burlas y consternación en su meteórico ascenso, trae el recuerdo de otros casos de la historia de ese país.
Desde Zachary Taylor, el popular general de la Guerra con México en 1848, que usó su fama para convertirse en el doceavo presidente, hasta el actor Ronald Reagan, que sin embargo fue gobernador de California antes de llegar a la Casa Blanca. La irrupción de Trump, un candidato sin experiencia política pero que se hizo famoso por su actividad privada y una personalidad mediática hace décadas, no es una novedad, aunque sí forma parte de una tradición limitada.
En diálogo con Infobae, el historiador estadounidense Gil Troy, de la Universidad McGill en Montreal, Canadá, dijo que "los padres fundadores soñaban en su Constitución con outsiders amateurs que compitieran por los cargos públicos, así que en teoría el ascenso de Trump está relacionado con ese deseo". Para el experto en historia de los presidentes de EEUU, hay una corriente antipolítica en el sistema, que sostiene que estos outsiders lo rejuvenecen, al punto de que el mismo George Washington se mantuvo también a distancia de los debates y negociaciones de la época.
Esta condición pareció repetirse con el general Zachary Taylor, quien con una notable carrera en el ejército y un cierto desinterés por la política -nunca fue a votar-, se convirtió en el hombre más conocido de Estados Unidos tras comandar a los ejércitos estadounidense en la guerra con México, entre 1846 y 1848, en la que su país tuvo una resonante victoria.
Taylor no esperó y en las elecciones de 1848 aceptó candidatearse por los Whig -una fuerza que fue luego absorbida por los republicanos-, y se convirtió en presidente de Estados Unidos. Pero su presidencia no duró mucho: en 1850 murió a causa del cólera.
Un camino similar transitó Ulysses S. Grant, héroe de la Guerra Civil, entre 1861 y 1865, por la victoriosa Unión. Casi sin hacer campaña y apoyado en su fama, el general ganó contundentemente las elecciones de 1868.
A pesar de vivir muchos escándalos por corrupción en casi todos los niveles de su administración, Grant se mantuvo enormemente popular durante la reconstrucción del país tras la guerra y fue reelecto en 1872.
En los años que llevaron al crack financiero de 1929, la figura de Herbert Hoover, un millonario hombre de negocios dedicado a la minería, se hizo conocida por su trabajo humanitario durante la Primera Guerra Mundial, cuando distribuyó comida y ropa en Europa.
La experiencia hizo que Hoover se acercara más a la función pública y fue secretario de comercio del presidente republicano Warren Harding. Finalmente, se postuló y ganó en 1928 con el slogan del "Triunfo sobre la pobreza", pero la terrible crisis económica dejó un mal recuerdo de su gobierno y no logró la reelección.
De alguna manera, un símbolo de la "Generación dorada", como en Estados Unidos llaman a quienes nacieron durante la Gran Depresión y fueron luego a pelear en la Segunda Guerra Mundial, el general Dwight D. Eisenhower también se hizo conocido de costa a costa por su actividad militar.
"En el siglo XIX y en el XX, el héroe era el militar. En el XXI, los héroes son diferentes", explicó Troy, quien también pertenece al Instituto Brookings, uno de los principales think tanks con sede en Washington. "Representaban la virtud del sacrificio y la acción, así como también los vicios del chauvinismo, el expansionismo y la violencia. Trump representa la auto indulgencia, y dice venir no de la dureza del campo de batalla sino de la del mundo de los negocios", agregó.
Eisenhower comandó a los aliados occidentales en Europa contra la Alemania Nazi, durante el desembarco en Normandía, la lucha en Francia y luego en la carrera hacia Berlín. Fue incluso gobernador militar de Alemania durante la ocupación, y finalmente se postuló por el partido republicano y ganó en las elecciones de 1948. Sería reelecto en 1952.
A pesar de haber sido el gobernador de California entre 1967 y 1975, para muchos el outsider más famoso es Ronald Reagan, el actor de Hollywood que llegó a ser presidente de Estados Unidos hacia el final de la Guerra Fría en 1981, con el slogan "Hacer Estados Unidos grande de nuevo", recientemente reflotado por Donald Trump.
Más conocido por sus roles secundarios en películas como "Santa Fe Trail" y "Dark Victory" en las décadas de 1930 y 1940, y por sus apariciones en televisión en "The Dick Powell Show" entre 1961 y 1963, Reagan tenía ambiciones políticas y se acercó al Partido Republicano para acceder a la gobernación de California y luego a la Presidencia del país, que retuvo por dos mandatos.
Entre aquellos que compitieron pero no llegaron al cargo en los últimos tiempos, el empresario multimillonario Ross Perot se lanzó a la carrera presidencial en 1992 y 1996, perdiendo en ambas ocasiones con el demócrata Bill Clinton. A diferencia de otros outsiders que buscaron un partido para basar sus ambiciones, Perot participó como independiente y obtuvo el 19% de los votos, en 1992.
Incluso el actual outsider Trump tuvo que competir con otros como él en la interna. Tanto Ben Carson, un reconocido neurocirujano, como Carly Fiorina, ejecutiva de Hewlett Packard, participaron sin éxito de la carrera por la presidencia.
De esta manera, la figura de Trump se presenta con similitudes y diferencias al grupo de outsiders que llegó a la Casa Blanca, pero no es una novedad. "Donald trump estuvo en la mirada pública por cuatro décadas. Es una celebridad y un hombre de negocios exitoso. Si no fuera millonario y famoso, no sería tomado en serio", consideró Troy.