Su participación empezó el 16 de junio y terminó el 15 de julio. El mes de Francia en Rusia 2018 culminó con la obtención del título y la materialización del objetivo. La foto de Hugo Lloris con la copa y el resto de los jugadores franceses con las medallas se construyó en el andar sólido de un campeón sin cuestionamientos: ganó seis de los siete partidos, en el marcador y el juicio común de los merecimientos.
La progresión del ganador comenzó con el 2 a 1 a Australia. Se impuso por dos situaciones descontextualizadas: la intervención del VAR (la primera del Mundial) que le otorgó el penal a Antoine Griezmann y el gol en contra de Aziz Behich que la tecnología determinó que la pelota había ingresado. El empate parcial del capitán australiano Mile Jedinak había puesto en duda la superioridad del plantel francés, que terminó ganando un partido sin sobrarle demasiados argumentos.
Francia empezó a edificar su candidatura en el segundo partido. El 1 a 0 a Perú con gol de Kylian Mbappé determinó que la clasificación de la selección gala a octavos de final y la eliminación del equipo sudamericano del mundial. El gol del mejor jugador joven de Rusia 2018 llegó tras un rebote azaroso. Francia, que había sido más, manejó el trámite del partido y supo jugar con la ventaja a favor. El esfuerzo noble y desorganizado de Perú no bastó para doblegar el arco de Lloris.
En el tercer partido del grupo C, primó la suspicacia. A Francia y a Dinamarca le bastaba con empatar para sellar el pase a la segunda ronda del Mundial. El 0 a 0 (el único encuentro sin goles del campeonato) fue una firma invisible de un partido de ataques inofensivos, un acuerdo tácito de no agresión generó el repudio de los asistentes del Olímpico Luzhnikí. Francia pudo resguardar a algunos titulares, como Lloris, Umtiti, Mbappé, Pogba y Pavard, de cara al partido de octavos de final.
El 4 a 3 contra Argentina fue la confirmación del rol de candidato, la ratificación de la etiqueta ambigua de equipo serio y la explosión de Kylian Mbappé, su mejor arma ofensiva. Ganó con entereza y recursos futbolísticos su primer partido de exigencias para una generación de jugadores jóvenes y con proyección. Empezó ganando con gol de Griezmann de penal, Argentina lo dio vuelta pero rápido respondió con tres goles: Pavard de volea, Mbappé de zurda y Mbappé de derecha en un contraataque ideal.
Francia le ganó 2 a 0 a Uruguay el duelo de cuartos de final: lo resolvió. Con goles de Varane de cabeza y el error no forzado de Muslera ante el disparo de zurda de Griezmann, el equipo galo accedió a las semifinales con autoridad. El Maestro Tabárez reconoció: "Nos faltó lo que a cualquier equipo cuando pierde. El rival nos superó y nos ganó bien, hay que felicitarle".
En lo que para muchos significó una final anunciada, Bélgica y Francia jugaron un intenso partido en el estadio San Petersburgo. La diferencia estuvo en el gol de Umtiti de cabeza y las respuestas de Hugo Lloris. El encuentro sirvió para exponer la calidad de dos de jugadores sobresalientes: Eden Hazard y Kylian Mbappé. La parte final del segundo tiempo tal vez haya sido la peor versión de Francia en el Mundial, potenciada por la dimensión del rival.
Luego de veinte años, Francia jugaba su segunda final de un Mundial. Enfrente estaba la sorpresa y revelación, Croacia. Las casas de apuestas confirmaban la candidatura del elenco francés. Y en el partido, las diferencias de categoría fueron evidentes. Francia ganó 4 a 2 y levantó otra vez una Copa del Mundo tras un duelo en el que hizo pesar su jerarquía. El camino de un campeón absoluto, sin objeciones.
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