Bélgica no solamente se quedó con el tercer lugar de la Copa del Mundo en su compromiso ante Inglaterra sino que mostró una de las jugadas más bonitas del certamen. No terminó en gol, pero sin dudas iba a ser considerado por muchos como el mejor si lo hubiera sido.
Faltaban 10 minutos para el final y los británicos pisaron el área rival. La defensa belga desactivó el ataque: Kompany despejó, Mertens descargó con Vertoghen y este buscó a Hazard, quien tiró un primer taco exquisito. Mertens recibió nuevamente y combinó con De Bruyne, que devolvió y recepcionó otra vez el balón en posición de enganche.
El hombre del Manchester City abrió el balón para Mertens, frente a la desesperación de los ingleses, y el del Napoli observó solo a Thomas Meunier por el segundo palo, la fórmula con la que Bélgica había conseguido abrir el tanteador en el arranque del partido. De volea, el lateral volante belga se lleno el empeine de cuero y exigió a Pickford, quien evitó la que pudo ser la mejor conquista de Rusia 2018.
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