Corría la segunda mitad del encuentro por el tercer y cuarto puesto entre Inglaterra y Bélgica, que estaba 1-0 en ventaja. Los británicos empujaban con más coraje que fútbol, hasta que Eric Dyer quedó mano a mano con Courtois y definió de forma exquisita.
La pelota tenía destino de red, pero de manera providencial apareció Toby Alderweireld para rechazarla. Ese tanto hubiera significado la igualdad parcial y posible desenlace en la prórroga y o penales.
Sin dudas, los goles de Romelu Lukaku y el talento de Eden Hazard fueron vitales para el conjunto dirigido por Roberto Martínez, pero también tuvo importancia y méritos su línea defensiva.
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