Lo tuvo todo, pero nada al mismo tiempo. Vivió en la riqueza, pero también en los suburbios, hasta que fue cobijado por una familia que lo ayudó a no caer en las tentaciones. Dele Alli es una de las principales figuras de la Selección de Inglaterra, pero su infancia estuvo llena de dolor y tristeza.
Todo comenzó en Milton Keynes, Inglaterra. Kehinde, que se encontraba en el Reino Unido estudiando para un Maestría en De Montfort University, conoció a Denise en un club nocturno; y poco después de un año -el 11 de abril de 1996- nació el ahora mediocampista del Tottenham de Mauricio Pochettino.
Pese al fogoso romance, su padre lo abandonó y decidió marcharse rumbo a su Nigeria natal. Regresó cuando el joven Dele tenía ocho años y se lo llevó a Lagos, donde se convirtió en "Príncipe de la tribu Yoruba".
Dele Alli, príncipe de una tribu africana:
Prince Dele Alli and his Billionaire Oil & Gas father Kehinde. pic.twitter.com/hG5yx5FA4y
— Voke (@vokeoruma) June 2, 2018
Durante los tres años que estuvo en África, Alli vivió en una mansión de 10 habitaciones donde llevó una vida de lujo, atendido por tres mujeres. Asistió a una escuela privada (con un costo de 27 mil dólares anuales).
En su infancia despertó su amor incondicional por la pelota. Él quería pasar todo el día jugando con el balón, pero su padre tenía otros planes: lo quería preparar para dirigir a la tribu en un futuro.
Su dura infancia, rodeado de drogas y delincuencia:
Tras una breve estadía en Houston -de los 11 a los 13-, Estados Unidos, Kehinde lo llevó a Londres para que viviera junto a su madre, quien, para ese entonces, tenía otros dos hijos de diferentes padres.
El hombre de los Spurs estuvo en un hogar donde las peleas eran habituales. Su madre tenía problemas con el alcohol y descuidó a Dele. A esto se le sumaron los malos tratos que recibió por parte de sus hermanos, según afirmó Sphera Sports.
La calle se convirtió en el escenario donde más tiempo pasó. "Me junté con la gente equivocada desde una temprana edad", llegó a confesar el '20' de la Selección inglesa. Comenzó a crecer en un escenario donde las drogas, las armas y la delincuencia eran moneda corriente.
"Me quedaba en la calle hasta las dos de la mañana. El fútbol me ha dado la oportunidad de realmente poner mi energía en otra cosa", sostuvo.
Pero todo comenzó a cambiar cuando arribó al Milton Keynes Dons Football. Como el club no quedaba cerca, y entrenaba cinco días a la semana, Dele Alli se mudó a la casa de su mejor amigo Harry Hickford, donde Alan y Sally lo criaron como a un hijo más. Con esta nueva familia, y el fútbol como principal aliado, él encontró la estabilidad emocional que añoraba y se aferró a su sueño de triunfar con la pelota para alejarse del mal camino.
Su talento parecía sobrenatural. Deslumbró en cada práctica a raíz de su potencia y calidad; y a los 15 años fue promovido al primer equipo, que por ese entonces disputaba la Tercera División. Rápidamente se ganó un lugar entre los titulares, siendo clave para lograr el ascenso.
La ruptura familiar:
En una entrevista concedida a Mirror a inicios de este año, los padres del futbolista marcaron que la firma de su primer contrato como profesional en MK Dons fue el momento justo en el que gradualmente Dele Alli comenzó a alejarse de ellos.
"Él estaba muy animado y dijo: 'Te amo, mamá'. Pero no tenía idea de que esa sería la última vez que lo vería. Todavía estoy conmocionada ", afirmó Denise sobre la última vez que habló con Alli, a mediados de 2015.
Su madre, el año pasado, intentó nuevamente reconectarse con su hijo, pero su intento no tuvo éxito. Después de un partido disputado en White Hart Lane, se le acercó a su auto y le gritó "Dele, soy yo… tu madre". Pero según Denise el futbolista no se detuvo; simplemente la miró y dijo estar ocupado.
Kehinde, por su parte, viajó de Houston para asistir a varios juegos de su hijo. Fue a los entrenamientos y hasta pagó una visita guiada por las instalaciones del club con la intención de cruzarlo, aunque sin suerte: nunca logró contactarlo.
"Dele aparentemente dijo que nunca estuve allí para él mientras crecía, pero no puedo entender eso. Vivió conmigo durante años, y siempre he estado a su lado, emocional y económicamente", se defendió su padre, un empresario del petróleo, gas y la tecnología.
Su camino al estrellato:
En junio de 2016, Tottenham no dudó en poner 6 millones de euros por su ficha. Allí se encontró con el argentino Mauricio Pochettino, quien apostó por esta "gema". En su primer año en el club fue nominado al Premio Golden Boy (mejor futbolista Sub 21) y se ganó un lugar en la Selección mayor de Inglaterra.
El 9 de octubre de 2016 hizo su estreno en la victoria por 2 a 0 ante Estonia; y ahora, con solo 22 años, pasó a ser en una de las principales figuras del plantel comandado por Gareth Southgate.
Aunque inició su camino en la Copa del Mundo de Rusia 2018 de manera irregular, Dele Alli fue creciendo junto al equipo para comandar a Los 3 Leones a las semifinales, donde enfrentarán a Croacia.
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