Desatención, nerviosismo, la suma de ambas o simplemente mala suerte. Fernando Muslera protagonizó un insólito error que le costó el segundo gol de Francia sobre Uruguay en el partido correspondiente a los cuartos de final del Mundial de Rusia.
El arquero nacido en Buenos Aires pero nacionalizado charrúa no pudo contener un sencillo remate de Antoine Griezmann que fue directamente a su posición. A los 60 minuto de juego, el jugador del Galatasaray de Turquía no puso firme sus manos ante el balón que se le aproximaba y él mismo terminó enviándola al fondo de la red para decretar el 2-0 en contra de la Celeste.
Casualmente, no es el primer blooper que se produce en ese arco del estadio de Nizhni Nóvgorod. El 21 de junio pasado, en el encuentro correspondiente a la segunda fecha del Grupo D entre Argentina y Croacia, fue allí, bajo esos mismos tres palos, en donde Wilfredo Caballero comentió una falla que le costó el primer gol.
Aquel día, Willy intentó pasar la pelota por encima de un rival para asistir a un compañero pero su entrega fue imprecisa. La esférica no llegó al destino deseado, sino que le cayó a Ante Rebic, que con una asombrosa volea estampó el primer tanto en la que después después sería una contundente goleada por 3-0 en contra del seleccionado albiceleste.
El error de Muslera fue celebrado por todo el elenco galo, que consiguió liquidar el encuentro con esa conquista y así asegurarse el pase a las semifinales de la Copa del Mundo. Del otro lado lo esperará el ganador del cruce entre Brasil y Bélgica. El encuentro se disputará el martes 10 de julio en San Petersburgo.
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