Una jugada por demás curiosa se dio a los 7 minutos del tiempo suplementario entre Colombia e Inglaterra. Y pudo haberle dado la ventaja al seleccionado de José Pekerman si el árbitro estadounidense, Mark Geiger, no hubiera hecho repetir el lateral fallido de Ashley Young, que había derivado en una jugada de riesgo para el conjunto sudamericano.
La secuencia fue así: Young puso en juego el balón en dirección de Harry Maguire, quien estaba distraído con una pelota que el arquero ya había sacado del campo. En consecuencia, el esférico derivó en Falcao quien, sin oposición, habilitó a Luis Muriel, ubicado frente a Pickford, presto para definir.
El juez asistente del sector continuó la jugada, pero fue Geiger el que ordenó que Young volviese a sacar el lateral. Insólito. Existió una evidente falta de sentido común por parte del juez, que ya había conducido dos encuentros en la Copa del Mundo: Corea del Sur-Alemania y Portugal-Marruecos.
La decisión no se entiende porque da la orden de ejecutar el lateral y Maguire se preocupa por otra pelota, la que retiró el arquero, rebotó en la platea y el asistente frenó para que no vuelva a ingresar al campo, en lugar de continuar con las acciones.
La sensación es que el árbitro decide repetir las acciones por el balón de la distracción, pero lo concreto es que jamás volvió a entrar al campo de juego. Y el juez asistente sí sostuvo la atención.
Una confusión que perjudicó a Colombia que tuvo en esa jugada la posibilidad de avanzar a cuartos de final antes de los penales.
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