El goleador colombiano que apareció en dos álbumes de Panini pero nunca fue a un mundial

Después de consagrarse con su equipo Atlético Nacional, John Jairo Tréllez llegó a una de las mejores selecciones de Colombia, pero el destino se cruzó en su camino

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Las láminas de Jhon Jairo
Las láminas de Jhon Jairo Tréllez de los álbumes de Panini de los mundiales Italia 90 y Estados Unidos 94.

La primera clasificación de una Selección Colombia Sub-20 a un mundial significó el comienzo de una próspera carrera futbolística para Jhon Jairo Tréllez. Pero más de 100 goles y varias copas con el Atlético Nacional no le bastaron al técnico de la Selección Colombia, Francisco Maturana, para incluirlo en la formación de los mundiales Italia 90 y Estados Unidos 94. Pese a eso, su imagen apareció entre las figuritas de los álbumes de Panini. Ahora, en el retiro que disfruta frente al mar de su natal Turbo, recuerda sin desasosiego aquellas anécdotas.

Colombia había perdido la sede del Mundial 86 tres años atrás y la selección juvenil viajaba a Asunción del Paraguay, al Campeonato Sudamericano 85, sin mayores expectativas entre la afición nacional. Nadie esperaba nada, no había optimismo ni mucho menos confianza. Y estaban en el grupo de Brasil y Argentina. Lo que se desconocía hasta el momento eran las figuras que representarían al país: con J.J. Tréllez estaban René Higuita, Carlos Álvarez, John Edison Castaño.

Selección Colombia Sub 20 que
Selección Colombia Sub 20 que jugó en el Mundial de URSS de 1985.

Los muchachos iniciaron el juego en silencio. Higuita tapaba todo, Tréllez dejaba atrás a cualquier adversario, Castaño solo metía goles. De pronto, los ojos del país se pusieron en Asunción. La Selección Sub-20 mostraba mayor fortaleza que la de mayores, con más velocidad y mejores jugadas. Y para sorpresa de los crédulos, clasificó al Mundial Juvenil de URSS. La esperanza en el fútbol había regresado, así los recibió en el aeropuerto el presidente Belisario Betancur a su regreso.

Tréllez sabía que el sueño ya había arrancado, y era imparable. Entonces recordaba las 'pateadas' de balones de trapo improvisados en terrenos arenosos como canchas. Se la pasaba en esas con el grupo de niños que conformaban la liga prejuvenil de Turbo. "Hasta que quedamos campeones en un campeonato nacional de menores. Me llamaron a la juvenil y me ofrecieron casa para irme a vivir a Medellín. En ese momento ni imaginaba que uno podía vivir del fútbol, que eso daba plata", contó a Infobae el futbolista.

J.J. Tréllez en la celebración
J.J. Tréllez en la celebración de los 70 años de Atlético Nacional (Izq.) y el equipo verde que ganó la Copa Libertadores del 89 (Der.)

Se acabaron así los viajes de más de 10 horas en "chivas" (unas busetas sin ventanas) por polvorosas carreteras y en las "flotas" (lanchas pequeñas) por los ríos. Pronto estaría en el equipo de sus amores: el Atlético Nacional, en el que debutó en el año 85 luego de la copa con la Sub-20. Su "zurda inverosímil" -como decían los periodistas deportivos de la época-, su velocidad y sus ansias de goles lo convirtieron rápidamente en un ídolo de los 'verdes'. Le apodaron 'Turbina'.

Fue una de las figuras del Atlético Nacional triunfador en la Libertadores de 1989. Y entonces, con solo 22 años, se fue a Suiza a jugar con la FC Zürich. "Un tipo tan caribeño en ese frío, con la nieve", comentó Tréllez entre risas. Se alternaba en el equipo de ensueño que fue la Selección Colombia de Higuita, el Faustino Asprilla, Freddy Rincón, Andrés Escobar y Carlos 'Pibe' Valderrama; una de las mejores, "porque la de ahora parece que hará historia y le desbancará el primer puesto", dijo.

La ‘Turbina’ en ña FC
La ‘Turbina’ en ña FC Zurich.

Con la tricolor jugó 24 partidos entre 1989 y 1994. Después de las eliminatorias para el Mundial Italia 90, el mismo técnico, Francisco Maturana, le pidió permiso al FCZ en Suiza para que fuera parte del equipo. Pero sin explicación alguna, no fue convocado. "Tuve unas vacaciones forzadas en Turbo", expresó Tréllez a Infobae. Con la desilusión acuestas, se mantuvo en la Selección por su vicio de gol.

En 1994 fue a parar al Boca Juniors de Argentina. El mismo Maturana lo recomendó al técnico del club, César Luis Menotti, como uno de los mejores delanteros del país. Se lo llevó a él en vez de Ronaldo. Pero apenas aterrizó en Buenos Aires se fracturó la rodilla y sus días en La Bombonera fueron en descenso. "La experiencia fue maravillosa, aunque no hice ni la mitad de lo que había hecho en el Nacional", confesó. "Menotti fue uno de mis mejores mentores, le debo mucho".

El ex técnico del Boca
El ex técnico del Boca Juniors, César Luis Menotti durante el ingreso del delantero colombiano al equipo argentino (Izq.) y el registro de los medios de la época (Der.).

En esos primeros meses en la Argentina se abrieron las convocatorias al Mundial Estados Unidos 94. En los años de 1991 y 1992 ganó dos copas nacionales con el Atlético Nacional, en una anotó 25 goles. Su confianza estaba en alto. Pero los rumores se avecinaban, y Menotti -desconcertado según Tréllez- lo llamó para comunicarle que Pacho Maturana lo había vuelto a sacar de la formación. Ese día decidió que no volvería a la Selección Colombia.

El único recuerdo que le quedó de un mundial fueron las dos láminas de los álbumes de Panini del 90 y 94 en los que apareció. "Fue triste, como futbolista uno sueña con llegar a una Copa del Mundo, pero no guardo resentimientos ni rencor con nadie", afirma. Desde ese momento parecía que su carrera había llegado a su límite. Pasó al Juventude de Brasil, regresó por tercera vez al Nacional, se fue a Al-Hilal en Arabia Saudita, luego al Dallas Burn en Estados Unidos y terminó en el Bajo Cauca, un equipo de la segunda división de Colombia.

La Selección Colombia del 94
La Selección Colombia del 94 (Izq.) y su técnico Francisco Maturana (Der.).

Pero su legado se mantuvo vivo. En el Atlético Nacional sigue siendo un ídolo histórico. Este año celebró con multitudes aclamándolo, los 71 años del club de fútbol. Su pasión la mantiene viva con la actual Selección Colombia que "se está tirando un importante papel en Rusia", como dijo él mismo; pero, sobre todo, con su hijo Santiago que juega de delantero en la São Paulo F.C de Brasil. "Siempre le digo que el goleador se hace entrenando. Es mi orgullo", manifestó.

Jhon Jairo Tréllez junto a
Jhon Jairo Tréllez junto a su hijo Santiago, que juega en Brasil (Izq.) y el Estadio John Jairo Tréllez construido en Turbo en su homenaje (Der.).

Hoy, J.J. Tréllez vive su retiro en el humilde pueblo afro de Turbo, subregión de Urabá, que siempre le ha dado glorias al deporte colombiano, como el futbolista Juan Guillermo Cuadrado y la medallista olímpica Caterine Ibargüen. "Tu casa siempre será tu casa", dice, y cuenta que pasa sus días caminando descalzo en la arena de la playa, a la vez que atiende su bar de reggae, que le hace honor a sus largas rastas jamaiquinas.

"Colombia se olvida de sus deportistas. Y son ellos los que ensalzan la patria, los que unen al pueblo, los que le dan imagen internacional al país. Ya es hora de que se cree el Ministerio del Deporte, para brindar más oportunidades a los niños y más garantías a los deportistas".

John Jairo de visita en
John Jairo de visita en la comunidad indígena de Arboletes, en Urabá.

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