La épica victoria de la selección argentina recorre el mundo. El conjunto albiceleste, que estaba prácticamente eliminado, resurgió de las cenizas para imponerse por 2 a 1 ante Nigeria gracias a los goles de Lionel Messi y Marcos Rojo y sellar su boleto a octavos de final, donde enfrentará a una Francia plagada de jóvenes estrellas.
La noticia llegó a la portada del New York Times, haciendo foco en el delirio de los simpatizantes del elenco nacional que salieron a las calles a celebrar el triunfo que le dio la clasificación a la siguiente ronda en el Mundial de Rusia 2018.
En su interior, el rotativo ahondó en todos los problemas internos de la Selección ("rumores de motines y acusaciones de golpes, mensajes de WhatsApp filtrados y tácticas desconcertantes"), el aliento "divino" de Diego Maradona desde una de las tribunas del Estadio Krestovski y el talento del '10' del Barcelona.
"En el medio del drama de Argentina, emergió la brillantez de Lionel Messi", fue el título que eligió el diario estadounidense para reflejar lo acontecido en San Petersburgo. Con esta victoria, la Selección llegó a las 4 unidades, superando la línea de Nigeria (3) e Islandia (1, debido a que perdió con Croacia) y pasó a octavos como el segundo del Grupo D.
Más allá de puntualizar en que la defensa es uno de los puntos más endebles del equipo de Jorge Sampaoli, este medio se vio sorprendido por el ensordecedor ruido que provocaron los miles de fanáticos albicelestes que colmaron las gradas para alentar al plantel cuando más lo necesitaba: "El ruido que siguió hizo temblar el estadio".
Cristiano Ronaldo y Lionel Messi son "rivales futbolísticos". Desde hace más de una década ambos jugadores pujan por ser el mejor del planeta. Según el New York Times, el portugués es producto del esfuerzo y entrenamiento, mientras que el argentino es un talento innato.
Pero las últimas horas no fueron sencillas para el capitán, debido a la presión mediática que recayó sobre su espalda al estar al borde del abismo y los rumores que marcaban un distanciamiento con su familia, otro punto del que el diario hizo mención.
"No hubo intervención divina aquí. Simplemente trabajo humano, trabajo duro. Argentina lo hizo. Messi lo hizo. Todavía hay más por venir, empezando por Francia (…) Gracias, Dios", concluyó.
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