Picardía. No hay otra palabra que describa mejor lo hecho por Iago Aspas en el minuto 91 del partido entre España y Marruecos, por la tercera fecha del Grupo B del Mundial de Rusia.
El nacido en Moaña hace 30 años se despachó con un lujoso taco para conseguir el agónico empate de su seleccionado y así -con la igualdad paralela entre Portugal y Marruecos- darle el primer puesto en su zona a la Roja.
Claro que este rasgo, la picardía, parece haber acompañado al delantero casi desde su nacimiento, en sus primeros pasos en el fútbol. Fue resultado de su personalidad lo que impulsó a un niño de ocho años a mentir en su primera prueba en las categorías inferiores del Celta de Vigo.
Gol de Aspas
El club de Pontevedra solo aceptaba jóvenes a partir de los 9 años de edad en sus equipos infantiles, pero el deseo del Mago por formar parte de la institución era tan grande que decidió hacerse pasar por mayor y así ser fichado por los Celestes.
Su talento lo hacía un distinto dentro de un campo de fútbol. Sin embargo, su disciplina -característica de los grandes jugadores- lo marginó del club de sus amores.
En sus años de futbolista juvenil, el Celta decidió cederlo al Rápido de Bouzas para calmar su carácter díscolo con la condición de que solo podría volver si modificaba su actitud. Claro que parece que aquel acuerdo nunca se cumplió ya que ni el elenco vigués se privó de su talento ni Aspas olvidó su lado travieso.
"Mister, este mes no cobro", le dijo más de una vez a Alejandro Menéndez, orientador del Celta B, debido a sus continuas expulsiones y retrasos en los entrenamientos. Otro síntoma que demostraba la madurez dentro de su propia irresponsabilidad.
Sus actuaciones en La Liga lo hicieron debutar en la selección española en un amistoso frente a Inglaterra en noviembre de 2016. Debido a una lesión de Diego Costa, Julen Lopetegui decidió convocar al Mago para el duelo en el estadio de Wembley.
La sorpresa no solo pasó por el gol convertido en el empate 2-2 ante Los Tres Leones, sino que además le exigió al utilero del equipo que le diera toda la ropa posible, ya que no sabría si tendría otra oportunidad de volver al seleccionado.
Su ingreso al campo de juego en el duelo ante Marruecos se dio a los 74 minutos, en reemplazo de Costa; casualmente aquel jugador al que sustituyó en su primera presencia con España le daba su lugar en el cotejo de la Copa del Mundo. Aspas entró a hacer lo que mejor sabe: ser como es.
Con apenas cuatro minutos restantes en el cronometro, la Furia jugó rápido un tiro de equina y Dani Carvajal envió un centro rasante al área para que Aspas pusiera el 2-2 con una gran definición.
Porque para tirar un taco se necesita talento, para marcar un gol postrero es imprescindible algo de suerte, pero para que estas dos condiciones se den juntas hay que tener picardía…
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