Argentina-Croacia nos ofrecieron un partido de marcas y lucha. En algunas intervenciones del árbitro uzbeko Ravshan Irmatov quedaron dudas y algunas amarillas pudieron ser de otro color. Como la falta de los 35 minutos contra Gabriel Mercado, al que le realizaron una entrada sobre un tobillo y, sobre todo, la del jugador Rebic ante Salvio.
Para el árbitro fue amarilla, pero la entrada contra el argentino debió ser penada con una roja (juego brusco grave); la permanencia de este jugador en cancha iba a pesar en el segundo tiempo.
Es que el propio croata Rebic, quien debió haber sido expulsado, aprovechó el error de Caballero y convirtió el primer gol, el que abrió el encuentro.
En la segunda parte, el partido fue un calco de la primera mitad: 48 faltas cometidas en balance final, y lo que puede ser récord en este Mundial: 7 tarjetas amarillas.
En la nota previa habíamos definido las particularidades de Ravshan Irmatov como árbitro. Allí, habíamos subrayado que, si bien acumula experiencia mundialista, su costado negativo son las flaquezas en lo disciplinario. En líneas generales, aprobó, aunque el haber permitido que Rebic continuara en cancha, a la postre, una situación que incidió en el partido.
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