Con la intensión de descomprimir la presión social en el país, el régimen moderado de Hasan Rohani ha permitido una situación histórica el miércoles durante el partido de la selección nacional contra España: el ingreso de las mujeres al estadio Azadí de Teherán.
Allí compartieron tribuna con los varones que asistieron para seguir el segundo encuentro de la fase de grupos del Mundial de Rusia 2018, un episodio inédito en los últimos 40 años del país persa.
Después de anunciar la decisión y cuando faltaba apenas una hora para el comienzo del partido, la resistencia de los sectores ultraconservadores del régimen casi impide el ingreso femenino al estadio, informó el diario El País.
Finalmente, se habilitó el ingreso y las iraníes celebraron en las redes sociales. "Estamos entrando", tuiteó la documentalista Mina Keshavarz.
El veto a que las iraníes presencien partidos masculinos se impuso poco después de la revolución de 1979, y es apenas una más de las restricciones sociales que los ultraconservadores imponen a las mujeres. Algunas fanáticas han llegado al extremo de disfrazarse de hombres con tal de burlar la prohibición, y hay quienes por esto han sido detenidas.
Aunque no se sabe si la habilitación a compartir la tribuna del estadio se mantendrá en el próximo partido contra Portugal, lo cierto es que el Mundial de Rusia está siendo aprovechando por activistas mujeres y defensores de Derechos Humanos para visibilizar la situación del país y darle fuerza a su denuncia.
En efecto, los dos partidos jugados por Irán hasta el momento contaron con tribunas pobladas de mujeres con pancartas que rezaban "#NoBan4Women" (No prohíban a las mujeres) y otra que en su traducción podrá leerse "Apoya a las mujeres iraníes para asistir a los estadios".
En enero pasado, la prohibición que impide a las mujeres a asistir a un estadio de fútbol fue incluso derogada en el ultraconservador reino de Arabia Saudita.
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