El segundo gol de Senegal en el triunfo del conjunto africano frente a Polonia quedó bajo la lupa de todos los fanáticos del fútbol. Primero, por el blooper entre el defensor Jan Bednarek y el arquero Wojciech Szczesny, que permitió la "avivada" de Niang para celebrar.
Pero también por la particularidad que se dio en el nacimiento de la jugada. Es que el juez Nawaf Shukralla (Bahrein) y el cuarto árbitro Abdulrahman Al Jassim (Qatar) le permitieron a M'Baye Niang ingresar al campo (había sido atendido a un costado del mismo) y el senegalés picó directamente desde el lateral a asfixiar al zaguero y el arquero, provocando la falla y, posteriormente, el gol que definió el partido por el Grupo H del Mundial.
Allí radicó la polémica: ¿fue válido? La respuesta es sí. Porque recibió la venia del cuerpo arbitral para ingresar. El grave error fue de sentido común, de criterio. Y el peso recae en Shukralla.
La cuestión es que permitió el acceso al campo cuando la pelota estaba en disputa entre los dos equipos y un contragolpe era latente. Una falla inesperada tratándose de un juez que es internacional desde 2008 y transita su segunda Copa del Mundo. Senegal se vio beneficiado. Y celebra.
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